[dropcap]M[/dropcap]iles de pequeños autónomos y los empleos que generan desaparecerán en Castilla y León si no se les apoya con medidas «contundentes». Los que tienen contratado a algún empleado apuestan en algunos casos por la suspensión temporal y en otros por el despido directamente porque en estos momentos no saben si podrán volver a abrir las puertas de sus negocios.
ICAL. Domiciano Curiel, que trabaja con dos tiendas de ropa en Palencia y preside la Asociación de Trabajadores Autónomos (ATA) de Castilla y León; Marco Barrigón, con dos restaurantes en la localidad vallisoletana de Villanubla; y Beatriz Sanjuán, que regenta un establecimiento de belleza y estética en el barrio de La Victoria de Valladolid, denuncian la situación de indefensión en la que están tras cerrar sus negocios, quedarse sin ingresos pese a los apoyos al desempleo y seguir teniendo que pagar los costes de funcionamiento y las deudas a los proveedores. Todos recurrirán a expedientes de regulación temporal de sus empleados o al despido y exigen liquidez a coste cero y exenciones para poder resistir, porque si no «tendrán que cerrar para siempre en ruina».
Domiciano Curiel vive como regente de un pequeño negocio un panorama «muy negro» y vaticina que Castilla y León verá desaparecer durante esta crisis miles de autónomos. «Muchos no levantarán de nuevo sus persianas, sobre todo la gente de más edad», comenta a Ical.
Marco Barrigón, de 30 años, casado y con un hijo, sentencia: «De esta no salimos». Tiene dos restaurantes y seis personas a su cargo y debe seguir pagando a los proveedores, tras tener que tirar 12.000 euros de producto por el cierre de sus negocios, así como la renta y la luz, «7.000 euros este mes», lamenta. Asegura que ha tenido que presentar un expediente de regulación temporal de empleo: «Pero vamos a tener que despedir a todos porque debo seguir pagando sin facturar nada». A su juicio, cuando termine el confinamiento «quedará el 30 por ciento de la pequeña empresa de hostelería».
“Estamos en un momento de incertidumbre en el que desconocemos lo que va a ocurrir con nuestros negocios tras esta situación”, lamenta por su parte Beatriz Sanjuán, quien recalca a Ical que es obvio que “lo primero es parar la propagación del covid-19 y para eso hay que responsabilizarse con un confinamiento en casa”. Pero no esconde su preocupación por su negocio, con un cierre temporal pero “drástico, de un día para otro”.
Situación penosa
Curiel define su situación como «penosa» porque en el sector textil existe el problema añadido de que compran los productos con seis meses de antelación, ahora tiene todo el producto de primavera parado. «Y a ver cómo negociamos con los proveedores», se pregunta. Este autónomo tiene dos personas contratadas que «están en sus casas» por lo que se plantea acudir a una expediente de regulación temporal porque tiene claro que sus empleados «saldrán menos damnificados» que él. Además, explica que habrá que renegociar alquileres, pero los dueños también necesitan fondos. «Pedimos comprensión para toda esta gente, son causas de fuerza mayor, en las que te sientes inútil, porque no puedes hacer nada», insta.
El dirigente patronal advierte de que necesitan «aplazamiento de alquileres, luz y agua y tributos; y la exención a todo el colectivo de la cuota a la Seguridad Social». «Se deberían ampliar las medidas», resume.
Domiciano Curiel recuerda la importancia de los pequeños negocios para el empleo, ya que generan hasta el 55 por ciento de los puestos, y el 80 por ciento de las empresas tiene menos de dos empleados. «Se nos debería mimar más», reclama, para constatar que como son «silenciosos» no se les cuida, porque «no es tan grave como si cierra una gran empresa».
Asimismo, se cuestiona si los 100.000 millones en liquidez que quiere inyectar el Gobierno llegarán a los pequeños negocios, «si no se los llevan las grandes empresas», y exigió préstamos ICO a cero por ciento de interés. Cuando se salga de esta situación de cierre, dijo, por último, «a ver las ganas de consumo que tiene la gente», concluye.
”Hasta lloraba”
Beatriz Sanjúan decidió cerrar dos días antes de decretarse el estado de alarma por responsabilidad social. “Y hasta lloraba cuando llamaba a los clientes que tenían cita esta semana para informarles”, lamenta Sanjuán, que puso en marcha Belleza Beatriz en diciembre de 2018 y ya se ha ganado un hueco en el corazón del barrio, con “clientes que en muchos casos ya son amigos”. Algunos de ellos regentan también otros negocios próximos de la calle San Lázaro y adyacentes, como pescaderías, bares, librerías, tiendas de complementos… “Lo hemos hablado todos en esos días. Es muy doloroso”, asiente, a pesar de que considera que es necesario, más en una actividad como la suya, el permanente contacto con los clientes.
Únicamente desea que, por el bien de todos, esta crisis sanitaria se extienda lo menos posible en el tiempo y que caiga pronto el número de contagios, que “se aplane la curva”; pero también que su establecimiento pueda levantar la reja otra vez. También asegura que hará todo lo posible por mantener a su única empleada, que “ya es una amiga”, para lo que confía en que las medidas decretadas por el Gobierno en el Consejo de Ministros del martes puedan contribuir a ello.
Sin embargo, reprocha que el Ejecutivo “debe apoyar más al autónomo en esta crisis”, porque de ello depende la supervivencia de millones de familias en España. “Quizás necesitemos más y no sea suficiente con lo ya conocido. Deben tener en cuenta que si esta situación dura 15 o 30 días, es un periodo en que ingresaremos cero euros, pero nos pasarán facturas de proveedores, alquiler… Si este escenario se alarga lo pasaremos mal para remontar después”, advierte.
«Vivimos al día»
Por su parte, Barrigón traslada que lo que menos le importa es la cuota de autónomos, frente a los proveedores, la luz y el alquiler, a lo que se suma la hipoteca de su casa, donde solo entraban sus ingresos. En este sentido, lamenta que intentó lograr un préstamo y sólo lo otorgaban con altos intereses par exigir liquidez a cero por ciento desde el ICO.
«Lo que más preocupa a un autónomo hoy es la luz y su renta, porque el proveedor puede esperar, pero si eso no lo pagas te crujen», dibuja. Este hostelero reseñó que un pequeño autónomo «vive al día» y su situación con este cierre es «complicadísima». «No nos han dicho nada de cómo vamos a pagar los recibos», cuándo se instaurarán moratorias para alquileres para ciertos ciudadanos. «Nosotros debemos pagar luz y alquileres y el dueño de los locales también», indica, para exigir dinero «a cero por ciento de interés o a fondo perdido». Barrigón afirma que ha hablado ya con cinco o seis hosteleros y le han dicho que «no podrán volver a abrir» y en zonas donde viven del chateo desaparecerán la mayoría de los bares.
«Lo veo muy negro y mi familia lo esta llevando muy mal, porque no sabemos mañana cómo vamos a hacer, cómo pagar la hipoteca, si nos vamos a un mes a ver cómo levantamos esto. Con un hijo debes pedir ayuda a la familia y aguantar como puedas», sentencia.