[dropcap]H[/dropcap]ace un par de semanas el presidente del Consejo General de Dentistas, Óscar Castro Reino, reclamó al Gobierno decretar el cierre de las clínicas dentales dentro del estado de alarma declarado por la expansión del coronavirus que asola el país. En sus declaraciones dijo que la situación sanitaria provocada por el Covid-19 “ha afectado directamente a los dentistas”, ya que al trabajar de manera permanente con aerosoles, saliva y a una distancia menor de un metro a la boca del paciente, “los convierte en profesionales de riesgo, así como en posibles vectores de transmisión”, al tener contacto con tantas personas diferentes a lo largo del día.
Por: Beatriz Jiménez / ICAL
Javier Zabulón Sancho es cirujano dental en Salamanca y regenta el ‘Centro Odontológico Zabulón’ en la capital. Al igual que muchas empresas y autónomos de la ciudad, se ha visto obligado a cerrar su clínica dental según las medidas decretadas. Comenta que ante la pandemia emergente, lo que aconsejaron y “también por sentido común, es atender sólo las urgencias” y por ello “así hacemos ahora”, de modo que los pacientes llaman por teléfono y se intentan dar citas en función de las urgencias y también se siguen los protocolos para asegurarse que ninguno está o pudiera estar contagiado.
Erte y paciencia
A la hora de atender dichas urgencias en este Centro Odontológico salmantino tienen en cuenta una serie de medidas “excepcionales” como es que en la sala de espera que no haya más de un paciente, o las pautas higiénicas, la limpieza y desinfección extrema. Ahora también limpian con una “solución dorada”, es decir, lejía con agua, cada vez que va alguien al centro y se desinfecta todo de nuevo después de cada paciente.
Este profesional explica que la gente ante un dolor agudo e intenso “no tiene más remedio que llamar al dentista”, porque en muchas ocasiones apunta que “ese dolor no se puede soportar y hay que atenderles”.
Por su parte, dice que ponen en marcha las pautas dictadas y reciben con mascarillas, batas, guantes y material desechable para cada uno de los pacientes que van a su Centro. Zabulón también dice que a veces cuando acuden por un simple flemón “no necesitan ni sentarse en el sillón”, se prescriben las recetas para que acudan a las farmacias a por el medicamento y así “no tienen que permanecer en espera”.
Javier Zabulón cuenta, que como autónomo, ha tenido que realizar un Erte a sus tres trabajadoras e intenta llevarlo con paciencia, y “esperando que vuelva todo a la normalidad lo antes posible”.
Aplazar labores humanitarias
Además de su actividad en Salamanca, Javier Zabulón suelen acudir cada año al Sahara para realizar labores humanitarias como cirujano dental allí. Señala que en Semana Santa tendrían que haber estado preparando maletas. Con los vuelos comprados y el proyecto presentado en los campos saharauis, al final este viaje se ha tenido que aplazar. Pero a pesar de ello, intentarán, si todo va bien, viajar en el puente de la Constitución en diciembre. Por el momento, Javier explica que están en contacto con el ministro de Sanidad saharaui y comenta que “ya se ha dado algún caso de coronavirus allí”. Por eso, su idea es ir en esa época pero “tendremos que esperar” para ver cómo avanza el problema en esas zonas.
“Cuando uno va allí ya sabe a lo que se enfrenta”, es duro en lo que se refiere a la asistencia sanitaria, porque como comenta Javier Zabulón, “no hay medios suficientes”, dependen de la colaboración externa. Pero “saber que estás haciendo una labor humanitaria, es muy gratificante”.
Como profesionales, este salmantino asegura que “es más duro el momento que se está viviendo ahora, que acudir a los viajes para labores humanitarias a eso países”. Al ir a eso países, “uno se da cuenta que aunque no haya muchas cosas materiales como las que tenemos en el primer mundo, por lo demás, la gente es feliz”. Así, reafirma que se recibe mucho cariño y permite relacionarse con mucha gente. En ese sentido, Zabulón insiste en que “al final lo que uno echa de menos es poder relacionarse, salir y tener esa libertad para interaccionar con la gente”.
Consecuencias económicas
Al igual que todos los profesionales, Javier Zabulón remarca que en esta situación “lo más importante es que la gente sea consciente y no salga de casa”. Así recomienda no salir cada día a por el pan o a comprar pocas cantidades. “Se debe planificar y dotarse de todas las medidas de protección adecuadas, como las mascarillas, guantes…”Remarca que hay que saber actuar tal y como recomiendas las autoridades sanitarias para que “todo marche bien”.
Por su parte, espera que esta situación se acabe “lo antes posible”, sin riesgos, aunque asevera que “será un gran varapalo para la economía española y para la sanidad, “será un destrozo importante para todos”. Aún así confía en que todas estas semanas de confinamiento sirvan para dar algo positivo en la sociedad.