Las últimas lluvias caídas en la zona de la sierra han llegado ya al embalse de Santa teresa, que está al 90% de su capacidad.
Eso ha obligado a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) a abrir compuertas para aliviar la presión y hacer sitio a las nuevas precipitaciones que se esperan esta misma semana.
La consecuencia inmediata ha sido un aumento del caudal del Tormes que a su paso pro Salamanca ha ocupado casi todo su cauce natural dando la impresión de que está desbordado.
Esto habría aguado la fiesta del Lunes de Aguas, que tiene su epicentro entre los arcos del Puente Romano y en las orillas del río ahora anegadas por la crecida del Tormes.
Vamos, que aunque no hubiera habido coronavirus este Lunes de Aguas no se habría librado. Al menos en su escenario principal.
Fotos. El Lunes de Aguas no tenía escapatoria. El río, desbordado
Los embalses de la cuenca gestionados por la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD) cuentan hoy con una reserva de agua embalsada de 2.625,3 hm³, lo que representa un 91,2% de su capacidad total, según el último informe elaborado por el Organismo de cuenca. Unos valores que suponen once puntos porcentuales más que hace un año (80,7%) y cerca de diez puntos por encima de la media de la última década (82,1%).
En la última semana, como consecuencia de las lluvias caídas, se han acumulado 110 hm3. Por provincias, los embalses de Salamanca –Santa Teresa, Irueña y Águeda- y León –Villameca, Barrios de Luna, Porma y Riaño-, registran las principales variaciones con 48,5hm³ y 30hm³ más respectivamente, situándose al 90 y 91,9% de su capacidad total.
Aunque los datos son positivos y aseguran el desarrollo normal de la campaña de riego, la CHD sigue insistiendo en la necesidad de realizar un consumo responsable y eficiente de un recurso valioso y escaso como es el agua acumular el máximo volumen al final de campaña en todos los sistemas garantizar la próxima.
Durante el Estado de Alarma, la Confederación mantiene personal encargado de las infraestructuras hidráulicas, para asegurar el poder atender un servicio público esencial, como es la satisfacción de la demanda agraria, siempre manteniendo los obligados protocolos de salud y seguridad.