Estados Unidos, Nueva York en concreto, es donde vive y trabaja Adolfo García-Sastre, un burgalés que estudió Biología en la Universidad de Salamanca a finales de la década de los ochenta, se marchó en 1990 y desde entonces ha brillado en el país de las oportunidades.
Actualmente, García-Sastre es profesor del Departamento de Microbiología y director del Instituto de Salud Global y Patógenos Emergentes de la Escuela de Medicina Icahn en Mount Sinai en Nueva York, reconocida internacionalmente en la capacitación médica y científica, la investigación biomédica al más alto nivel y la atención al paciente. Durante los últimos 25 años, su trabajo de investigación se ha centrado en la biología molecular de los virus de la gripe y virus de ARN de cadena negativa.
El equipo de este microbiólogo burgalés de 55 años se ha volcado en la investigación del nuevo virus.
Desde que comenzó la pandemia es frecuente verlo en programas de televisión y periódicos, como voz autorizada que es sobre virus como la gripe y el que ahora tiene el mundo patas arriba, y por lo bien que comunica.
En su departamento prueban fármacos utilizados contra el cáncer y otras enfermedades para ver si sirven para combatir el coronavirus Sars-Cov-2 que ocasiona la enfermedad de la Covid-19 y trabajan en la búsqueda de una vacuna y de los marcadores en la sangre de infectados para saber por qué en unos la enfermedad se agrava y en otros no.
En una entrevista con El País ha dicho que esta pandemia estará solucionada en un año “haya vacuna o no” y se podría hacer vida normal, aunque seguiría habiendo infecciones, pero serán más fáciles de controlar y aislar a los enfermos. Cree que habrá dos o tres olas más en los próximos meses hasta que se haya infectado casi la mitad dela población mundial, lo cual frenaría la propagación del virus, porque cuantos más se contagien en la primera menos habrá en la segunda y así sucesivamente.
“No va a haber ningún fármaco milagroso que cure completamente la enfermedad. Conocemos fármacos de este tipo, existen para bacterias, son los antibióticos. No tenemos nada parecido para los virus porque estos son más difíciles de contener. Usan nuestra maquinaria biológica para hacer copias de sí mismos e inhibir esa maquinaria es mucho más difícil y peligroso. Es posible que encontremos alguna sustancia que funcione de forma parcial, que ayude a disminuir la proporción de muertes y de enfermedad severa, pero no habrá nada que lo frene por completo y evite que alguien muera. Por ahora lo más prometedor es el uso de suero hiperinmune de personas que ya han estado en contacto con el virus. Ese suero se puede infundir a otros pacientes y disminuirá la concentración de virus, aunque no lo bloqueará por completo”, dijo en El País.
Descarta la aparición de un fármaco que cure la enfermedad (todavía no lo hay contra la gripe) porque los virus son más difíciles de controlar que las bacterias (que mueren con los antibióticos). Considera más probable que exista alguna sustancia que funcione de forma parcial, que ayude a disminuir la proporción de muertes y de enfermedad severa, “pero no habrá nada que lo frene por completo y evite que alguien muera. Por ahora lo más prometedor es el uso de suero hiperinmune de personas que ya han estado en contacto con el virus. Ese suero se puede infundir a otros pacientes y disminuirá la concentración de virus, aunque no lo bloqueará por completo”, explica en El País.
Por último, pide que se inviertas más en el sistema sanitario para poder hacer frente a pandemias como esta que ha puesto los sistemas de salud al borde del colapso.