[dropcap]E[/dropcap]l mundo está ‘tocado’… y por ello debe luchar para no hundirse. La tan mencionada y maldita crisis del coronavirus se ha convertido en protagonista de todo lo que sucede a nuestro alrededor, y el campo es un verdadero protagonista en este apartado, porque su actividad no se ha detenido en ningún momento.
Tampoco la de la cooperativa salmantina Copasa, referente en el sector primario, que ha visto cómo sus socios tienen que hacer frente a una situación extraordinaria, aunque el trabajo de la fábrica no se ha detenido ni un minuto. Eso sí, con las medidas sanitarias necesarias desde el minuto uno, hasta el punto de que Copasa ha servido como ayuda a algunos sanitarios que estaban desprovistos de su material de trabajo para luchar contra el virus.
Puede haber un sector que soporte mejor esta situación, pero la regla general es que los precios y las producciones se están viendo seriamente afectadas. Víctor Rodríguez, gerente de la cooperativa, analiza el presente y el futuro de un sector esencial, mucho más en esta crisis que está arrasando con la vida y la normalidad.
Medidas de protección: “La verdad es que, como a todo el mundo, este tema nos pilló por sorpresa. Lo primero que hicimos fue dejar en casa a tres empleados por ser sospechosos de estar contagiados, como medida de prevención. También dimos libertad a los transportistas para hacer sus entregas y trabajo diario como quisiesen de modo que la gente no coincidiese en vestuarios, baños… en cuanto al personal de la fábrica, no hay contacto entre los trabajadores, pero les dimos las medidas sanitarias correspondientes, además de haber activado un plan de contingencia con labores de desinfección de zonas comunes. Nuestra actividad es normal desde entonces y la verdad es que tuvimos relativa suerte porque nunca nos han faltado ni geles, ni mascarillas ni los trajes especiales. Teníamos un remanente en la fábrica porque a veces nos hacen falta para algunos trabajos y hemos estado bien dotados, con la ayuda de la consejería de Agricultura, a través de Urcacyl y de los fabricantes de pienso”.
Ayuda a los sanitarios: “Hubo un momento en el que nosotros tuvimos un pequeño excedente de mascarillas y otros materiales de prevención, y decidimos dárselos a algunos médicos del Hospital que tenían en esos momentos más problemas. Si me llegan 100 mascarillas y necesito solo 50, lo lógico es dar el resto a los que lo necesitan de verdad. Por obligación moral, no debíamos quedarnos con algo que no nos corresponde”.
Trabajo diario: “En el día a día, esta situación no ha tenido ninguna incidencia para nosotros porque hemos seguido trabajando del mismo modo. Es cierto que en las primeras dos semanas sí tuvimos algún problema con la recepción de materia prima porque alguna empresa cerró o trabajó a menor ritmo, pero fue algo puntual”.
Crisis en el ovino: “Esta crisis extraordinaria, además de todos los problemas sanitarios que está causando, está teniendo un impacto económico muy grande y el sector primario lo nota, y mucho. El lechazo ha sido un sector que ha notado este momento en gran medida porque va ligado casi al 100% a la hostelería y su colapso es total. Ahora hay una campaña que se está incrementando para que hay un mayor consumo en los hogares, y es cierto que existe un poco más de demanda. El lechazo va al matadero con un mes de vida y tiene sus plazos, porque si pasa de este tiempo, ya es un cordero. Algo muy similar le ha ocurrido también a los tostones”.
Parón en el vacuno: “Es cierto que se defiende mejor y su crisis no ha sido tan acusada, pero en los machos, que tienen un poco más de rendimiento y tira mejor. La carne de ternera, de ganado cebado ha ido un poco peor, porque tradicionalmente está ligada a la hostelería y a la carnicería, aspectos que han estado y están parados. También influye en los terneros de vida porque los cebaderos no tienen ansia de meter animales y más aún cuando el mercado está cerrado”.
El ibérico, hundido: “Este sector ha recibido un golpe muy duro porque las industrias, al no poder sacar el producto al mercado, han disminuido mucho la facturación. La más tradicional habrá bajado un 80% o 90% y ha dejado de comprar, o si lo hace, a un precio muy por debajo de lo normal; el mercado está patas arriba. Aunque sí es verdad que en la crisis de 2008-2013, que el sector lo pasó tan mal parece que hemos aprendido de ellos y la gente ha reaccionado mucho más rápido reduciendo el censo, con un sector mucho más profesional que antes. Se ha actuado rápido. Cuando la hostelería empiece a funcionar todo irá un poco mejor y la industria podrá recuperarse cuando saque el producto que ahora ha comprado más barato, dentro de dos o tres años. La exportación también juega un papel muy importante en países como Chinca, Japón o Corea”.
Sector agrícola: “El cereal ha pasado por dos fases; primero todo el mundo entró en pánico y hubo una subida de precios durante dos semanas, pero luego un rebote a la baja en el que seguimos instalados. Ese miedo inicial tuvo sentido porque la gente compró ante la falta de suministro y no le importaba el precio, pero cuando vio que no faltaba ni iba a faltar género, todo volvió a la normalidad y se bajaron los precios”.
Cosecha bien presentada: “La nueva cosecha de cereales tiene un gran aspecto en Salamanca y en Castilla y León, especialmente en la cebada, que presenta un aspecto espectacular, muy limpia y con buenas perspectivas. El trigo, por su parte, se ha visto afectado por el hongo como consecuencia de la humedad y los agricultores han tenido que tratarlo con fungicida porque había parcelas arrasadas y muy sucias; aunque esperemos que el tratamiento dé sus frutos. Las leguminosas, por su parte, están bastante bien y el forraje será abundante, pero con un precio más bajo porque hay mucho pasto en las fincas”.
Recuperación económica: “No me creo lo de la recuperación en ‘V’, porque con el paso de los días vemos que el tema es mucho más profundo de lo que se pensaba. Uno vez superado el miedo sanitario, que sigue ahí, aunque en menor medida y que no hay que olvidar, hay que centrarse en lo económico, y más en un sector como el primario”.
La sociedad y el campo: “Es triste, pero creo que la sociedad se olvidará de la importancia del campo cuando todo esto pase. En esta crisis, salvo algo puntal, no han faltado alimentos en los supermercados y los precios no han subido, o lo han hecho muy poco para el consumidor. Ahora la gente se ha dado cuenta de la importancia del productor, del que trabaja en el supermercado, de la cajera… como si se hubiese ganado algo de importancia, pero creo que no va a perdurar. Somos cómodos y cortoplacistas y solo echamos de menos las cosas cuando no las tenemos”.
Situación de la cooperativa: “Hace poco celebramos el consejo rector y cerramos las cuentas del primer trimestre bien, en la misma línea de los mismos meses del año pasado. Pero sí esperamos un impacto negativo más fuerte en las del segundo trimestre porque se está notando una caída en la producción ya que el tiempo ha sido muy bueno y el ganado extensivo se alimenta de los pastos. La caída en el ibérico sí se está notando y lo vamos a ver. Es cierto que hasta final de año no podremos saber con exactitud cómo va a ir todo porque si nuestros socios producen a pérdidas, es mucho más complicado. Esperemos mejorar poco a poco y que ‘tire’ la exportación”.
Papel de la Administración: “Aquí hay que distinguir a Junta y Gobierno. La administración regional es más cercana y su interlocución es muy positiva, y debemos agradecerle todo el tema de los EPIS. Las cooperativas de la región tenemos videoconferencias para hablar y resaltar los problemas del sector. Es cierto que la Junta ha impulsado una ampliación de las ayudas para inversión, desarrollo de nuevos productos, maquinaria… y dando importancia al mantenimiento del empleo en el mundo rural. Con el gobierno central, la comunicación funciona de un modo más lento, como por ejemplo es el caso de las ayudas al ovino, donde se ha tardado, pero luego ha reaccionado bien en lo que se refiere a la adaptación de la normativa para las cooperativas, asambleas, trámites y demás”.
¿Salamaq 2020?: “La verdad es que es algo en lo que he pensado de pasada, pero es un tema comprometido. Es una realidad que se podría posponer porque para el mes de septiembre es casi imposible que pueda celebrarse. Todos sabemos cómo es una feria como ésta, donde hay mucho público general con familias, profesional y gente de otras zonas de España y del mundo. Es posible que haya que suspenderla porque hacerla de otra manera, quizá sería perder su esencia”.
1 comentario en «“Es triste, pero creo que la sociedad se olvidará de la importancia del campo cuando esto pase”»
Toda la razón, Víctor!!!