La llegada de la primavera, o incluso fechas un poco anteriores, se convierte en un suplicio para muchos salmantinos que padecen la temida alergia que puede provocar tos, irritación de ojos, opresión en el pecho, fatiga, dificultad para respirar… y que, en el peor de los casos, puede alargarse desde finales de enero hasta junio, para los que encadenen esta patología derivada de muchos alérgenos
En tiempos complicados como estos, donde el coronavirus se ha instalado en nuestras vidas, son muchos los que quizá puedan confundir algún síntoma, pero la fiebre y los fuertes dolores de cabeza y de músculos les sacarán de dudas. Ignacio Dávila González, jefe del servicio de alergología del hospital de Salamanca responde a todas las cuestiones relacionadas con las alergias, sus síntomas y consejos básicos y repite hasta la saciedad, algo que es básico y primordial para luchar contra la propagación de la Covid-19 y protegerse ante las alergias: el uso de la mascarilla. Más claro…
Nueva ‘campaña’ de alergia: “Nuestra misión es hacer todas las revisiones y ver si hay sintomatología o no, aunque es cierto que el confinamiento ha ayudado hasta ahora a que haya menos síntomas, al igual que las mascarillas. Por las lluvias que tuvimos en los meses de otoño sería una primavera moderada, pero es cierto que con las lluvias de abril va a haber mayor incidencia de la alergia. En Salamanca hay 3.000 gramos por metro cúbico al año, aunque esperamos una primavera de moderada a intensa. Los años de sequía se nota mucho menos, claro. La polinización no depende de sí ciertas zonas están más cuidadas o no, no tiene nada que ver”.
Síntomas: “La alergia presenta sintomatología variada, como síntomas nasales, estornudos, ‘moqueo’ prolongado, obstrucción en la nariz o picor, congestión, picor de ojos, que también pueden ponerse muy rojos, edema en los párpados, dificultad para respirar o tos seca. También hay casos que presentan opresión en el pecho, fatiga o pitidos. No todo el mundo tiene todos esos síntomas, pueden ser variables. Lo más frecuente es la rinoconjuntivitis, patología causada por un alérgeno como puede ser el polen, el pelo de los animales, los ácaros del polvo o los hongos. Igual que el resto de síntomas”.
Asma: “Existe un tipo de asma relacionada con la alergia y otra que no tiene nada que ver. En el primer caso, el que más nos interesa ahora, presente síntomas entre los meses de abril y mayo y luego, en función de la evolución, puede ir a mejor o mantenerse. El asma se produce por alergias a diferentes alérgenos a los habituales en estos meses, como los ácaros, los hongos o algunos animales, principalmente gatos y perros. Lo más normal es una rinoconjuntivitis y que un porcentaje medio de población pueda tener asma. Además, el asma puede provocar tos, fatiga, falta de aire…”.
Realización de pruebas: “Es necesario hacerse las pruebas de la alergia, al menos una vez en la vida, aunque hay gente que quizá requiere más por empeorar en años sucesivos. El estudio debe comenzar con una historia clínica detallada que nos dé pistas: en qué época tienen más síntomas, si mejoran con la medicación, si cuando llueve están mejor o no, si sufren más cerca de algún animal… y luego hay pruebas en vivo que son las que se realizan en la cara anterior del antebrazo, con una lectura inmediata, ya que en 15 minutos podemos saber los resultados. Es un diagnóstico in vitro y molecular para saber con qué está sensibilizado el paciente. Por ejemplo, hay gente que solo tiene alergia en presencia de un perro macho, porque hay un alérgeno que solo tienen ellos, que no le pasa con las hembras. Así podemos tener un diagnóstico fiable para cada caso”.
Más frecuentes: “Los tipos de alergia más normales son los respiratorios, aunque no hay que olvidar la alimentaria, la de los medicamentos o la dermatitis. Por ejemplo, hay enfermeras que tienen alergia a los guantes, a los diferentes materiales. En lo que se refiere a la alergia respiratoria, va por épocas. Hay pacientes que tienen problemas con las cupresáceas, derivadas de los cipreses o las plantas arizónicas, con pacientes que presentan síntomas desde mediados o finales de enero hasta principios de marzo. El platanero tiene una incidencia en el mes de abril, mientras que en mayo y junio las gramíneas, el olivo y las malezas son las protagonistas. Cada vez hay más pacientes que suman alergias de este tipo, incluso algunos con varias de ellas una detrás de otra”.
Alergia y coronavirus: “En alguna ocasión sí puede confundirse algún síntoma, es posible, pero no tiene nada que ver, ya que en este virus hay casos asintomáticos y otros que terminan en la UCI o provocando la muerte. Pero es la fase inicial del coronavirus, en la mayoría de los casos hay fiebre, y las alergias nunca provocan este fenómeno; también dolores musculares como pasa con la gripe hacen pensar que no se trate de alergia, al igual que los estornudos, picor en los ojos y si se mejora con un antihistamínico, está más claro. También hay pacientes que presentan una pérdida del olfato, aunque no es un grado alto con la alergia, mientras que con el coronavirus suele ser total. Este virus también presenta ahora en algunos casos erupciones cutáneas, al manifestarse de muchos modos, aunque haya también reacciones alérgicas que provoquen esos problemas. Todo ello nos obliga a hacer un diagnóstico claro sobre lo que le pasa al paciente”.
Uso de la mascarilla: “Lo primero que deben hacer los alérgicos es no dejar la medicación. En cuanto al uso de la mascarilla, no tengo ninguna duda de que hay que llevarla sí o sí, porque ayuda mucho a evitar la transmisión del coronavirus y para los alérgicos tiene una doble protección ante su exposición al polen, las gramíneas… no hay que olvidar que quizá un 30% o algo menos de los casos de coronavirus es asintomático, pero puede difundir el virus. Siempre pongo un ejemplo claro: si eres torero y vas solo con la espada puedes tener muchos problemas, pero si tiene el capote puedes esquivar al toro. Y por eso el uso de las mascarillas es fundamental para todos, especialmente para la gente más mayor”.
Recomendaciones para los alérgicos: “Hay algunas generales que puede llevar a cabo todo el mundo, como pueden ser no salir mucho a la calle, usar un aire acondicionado con filtro antipolen en el coche, ventilar la casa en las horas centrales del día, usar gafas de sol para proteger los ojos, no dejar de tomar la medicación nunca, ya sean antihistamínicos o corticoides, especialmente los asmáticos. También hay una aplicación que mide el nivel de polen en cada momento del día, que puede servir como orientación. En la página web de la Sociedad Española de Alergología hay mucha información y muy útil. Pero, para mí, es básico y recomiendo siempre usar la mascarilla, tanto para la protección del virus como para los alérgicos, para los que tiene una protección doble”.
Vacunación: “Hemos comprobado que las vacunas contra la alergia disminuyen la sensibilidad de los pacientes, eso sí, en el largo plazo. Vacunarse durante un mínimo de tres años puede hacer que la persona que tiene alergia tolere mucho mejor el polen en el aire o reaccione mucho mejor a su nivel anterior, es una herramienta que puede ayudar. Aunque obviamente hay casos en los que no tiene tanta incidencia, pero puede ayudar”.
Situación general: “Salamanca suele tener unos niveles elevados de gramíneas, no llega al nivel de Andalucía, pero la zona centro de España sí presenta datos altos. Aunque Salamanca tiene un poco de todo, con muchas alergias; más o menos, el 60%-70% de los pacientes que acude a la consulta es alérgico al polen; un 20%-25% a los ácaros; y un 10% a los animales como perros o gatos. Incluso hay muchos que poseen los tres tipos o dos de ellos. También hemos notado que en los últimos 15 o 20 años hemos llegado a un nivel de polen determinado, pero ahora vemos mucha más sensibilidad también a las gramíneas, al olivo, a las cupresáceas, al platanero o a los ácaros, con patrones incluso más complejos. También se han incrementado las alergias alimentarias”.
¿Por qué somos alérgicos?: “No es una respuesta fácil, aunque sí sabemos que existe un componente genético en una parte importante de la población que padece alergia y hay antecedentes familiares hasta en un 50% de los casos. Si un padre o madre es alérgico, el 30% de los descendientes puede serlo, dependiendo de la carga ambiental también. Las alergias pueden aparecer en cualquier momento de la vida, no tiene por qué ser de pequeños. Luego hay otro apartado, que es el ambiental con la exposición al medio en el que vivimos; luego hay que tener en cuenta que nuestro sistema inmune se ha modificado, no es el mismo debido a las infecciones que hayamos podido tener y puede responder de una u otra manera. También es un factor la contaminación a la que nos sometemos cada día en diferentes ámbitos, nuevos agentes alergénicos con desarrollo industrial… todo este tipo de cosas influyen en los procesos alérgicos”.