[dropcap]F[/dropcap]ernando, el kiosquero de la calle Toro, ha visto como poco a poco, su calle volvía a tener vida, pero hasta hace unas semanas “era muy triste. Estábamos las palomas y yo. La gente tenía miedo a la hora de salir”.
Al no estar abiertas las tiendas, a partir de este lunes las volverá a ver con la trapa subida, los paseantes se llegan hasta la Plaza Mayor. “Esta calle -Toro- es de paso, esperemos que vuelva a verse llena”.
Los clientes que se acercan al Kiosco vienen muy bien preparados, con su mascarilla, guantes y una bolsa para que deje dentro el periódico o las revistas. “Traen el dinero lavado con lejía”, comenta.
El tiempo que ha durado el confinamiento, Fernando se encargaba de llevarle la prensa a sus clientes, a los que conoce “de todo la vida”, salvo a los bares, restaurantes o peluquerías. “Hemos perdido mucha venta de periódicos y revistas, porque no se atrevían. Tengo bares que llevaban tres y cinco periódicos, ahora ninguno porque están cerrados y los que abren, solo es comida para llevar, por lo que no quieren periódicos. En cuento a las peluquerías, no les han dejado llevar revistas. Espero que con el tiempo se solucione, porque esto es una cadena”, se queja.
A medida que todo vuelva a la normalidad, los periódicos y revistas seguirán teniendo su público, porque la Organización Mundial de la Salud (OMS) y los principales institutos científicos y virólogos de referencia internacional, aseguran que la Covid-19 es prácticamente inexistente en el papel y que el contacto con los periódicos es seguro.
El contagio del coronavirus se produce principalmente por vía aérea, según la OMS.