[dropcap]Q[/dropcap]ué el Pozo de los Humos es un espectáculo en sí mismo, es una evidencia y, por lo tanto, no se discute. Pero, de vez en cuento conviene recordar que estamos ante una de las maravillas de la naturaleza de España. No lo decimos nosotros, que podríamos, lo asegura el portal de viajes Traveler.
Junto al Pozo de los Humos al que describe como: La cascada el río Uces se arroja desde una altura de 50 metros. Al tocar fondo genera una húmeda cortina de vapor que asciende por la ladera. El estruendo impresiona tanto como su tamaño: es solo un metro más baja que las Cataratas del Niágara, la publicación ha elegido otras ocho maravillas que se pueden visitar en Castilla y León.
Salto del Nervión, en Burgos
La cascada más alta de España divide Burgos y Álava con un torrente de agua que se precipita en caída libre desde 222 metros de altura. El salto solo existe durante los meses de deshielo, y las vistas desde el mirador, situado al borde del precipicio, son vertiginosas.
Las Tuerces, Palencia
La roca caliza se retuerce a su antojo, se eleva varios metros sobre el suelo, se cierra en callejones y grutas y se bifurca en caminos enmarañados. La Peña Mesa domina el panorama y llama la atención por su singular silueta.
Las Médulas, en León
Estos monolitos rojizos acabados en punta surgieron de una mina de oro romana que alteró el terreno para siempre. De la tierra removida durante cientos de años nacieron barrancos de formas sinuosas horadados por oquedades y cuevas y conectados por galerías.
Castañar de El Tiemblo, en Ávila
Un paraíso de hojas amarillas, verdes y marrones donde la única nota discordante es el azul del arroyo que lo atraviesa. La tierra está alfombrada de castañas y el aire huele a otoño perpetuo en este bosque, hogar de un gran árbol que suma 500 años de edad.
Laguna Negra, en Soria
Es conocida en Soria por el aire tenebroso que le confiere el tono oscuro de su agua, objeto de varias leyendas que elucubran sobre su naturaleza. Se dice que no tiene fondo y que un pasadizo subterráneo la conecta con el mar. Los pinos escudriñan su negrura desde arriba, como lo haría el público de un teatro romano.
Hoces del Río Duratón, en Segovia
El caudal describe una “u” perfecta para rodear un saliente de piedra. El cañón tiene una profundidad de hasta 100 metros en algunos puntos. La mayor colonia de buitres leonados vuela por encima de los meandros de las Hoces del Duratón.
Lago de Sanabria, en Zamora
Todo esto era hielo. Hoy ostenta el honor de ser el lago glaciar más grande la península ibérica. Su origen frío es fácil de olvidar en Custa Llago, una pequeña playa de aguas claras. En sus inmediaciones está el Balneario de Bouzas de Sanabria, completamente en ruinas, pero muy interesante para visitar.
Riberas de Castronuño, en Valladolid
El Duero se expande a sus anchas y sigue su curso sin prisas, plegando su trayectoria en un meandro con forma de codo. Las aves de la zona se han adueñado de las orillas del río. Las playas fluviales invitan a darse un baño antes de admirar el panorama desde el mirador de La Muela.