[dropcap]D[/dropcap]os edificios de los incluidos en el listado de protegidos fueron sacados de la lista de catalogación, y en otros dos se modificaron los criterios de protección. Aquel Pleno memorable tuvo mucho de política y de defensa de intereses. Apoyamos la aprobación del PGOU la totalidad de los concejales socialistas, los dos ediles comunistas, y Telesforo Martín y Nicolás Cifuentes, en total 15 votos a favor. En contra votaron los miembros del grupo centrista y Emilio Tomé Argüeso, 9 en total.
Nadie se atrevía a romper el fuego, y en el equipo de gobierno comenzábamos a pensar que la puesta en marcha del Plan iba a ser más difícil de lo que en principio pensábamos. El primer plan redactado fue el delimitado por el Alto del Rollo, los terrenos de RENFE, Puente Ladrillo y Jesús Arrambarri. Nada menos que 13 hectáreas en las que se han construido 700 viviendas en bloques de 6 ó 7 plantas. 47.000 metros cuadrados se destinaron a viales y aparcamientos en superficie, otros 20.000 se convirtieron en zonas verdes, 21.000 se destinaron a áreas educativas, 5.000 para zona deportiva y 1.000 para equipamiento comercial.
El primer plan parcial dio para mucho. Se construyeron un preescolar, un centro de Educación General Básica y otro de bachillerato. Sobraron casi 5.000 metros cuadrados para instalaciones deportivas y otros mil para servicios sociales. En esos terrenos se instaló la residencia de los colegios de Médicos, Veterinarios y Estomatólogos cuyos trámites inicié con los presidentes de los respectivos colegios.
Aquel plan salió redondo, conforme a lo que habíamos previsto en el PGOU. Habíamos convertido una zona de escombrera, donde había funcionado una fábrica de bituminosos abandonada a su suerte, en otra residencial con todo tipo de dotaciones, como ninguna otra en Salamanca.
Después vinieron otros planes parciales en otros muchos lugares de la ciudad. Nacían nuevos barrios, nuevas calles, nuevas avenidas. Se construían plazas, centros de salud y centros comerciales por doquier, Estaba naciendo la Salamanca del siglo XXI.
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Q tiempos aquellos…