Un estudio publicado en Annals of Internal Medicine (una revista médica publicada por el American College of Physicians), señala que cualquier actividad sexual supone un factor de riesgo de COVID-19 dada la escasez de datos de los que se dispone sobre la transmisión sexual.
El estudio sobre el sexo clasifica hábitos desde el más seguro al de mayor riesgo mediante el modelo de distanciamiento social. La abstinencia sexual y la masturbación son las prácticas más seguras, seguidas del sexo telefónico o por videollamada (que tiene sus propios riesgos, advierten los autores) y acostarse con una pareja con la que se vive, si ninguno de los dos ha estado expuesto o es asintomático.
La actividad sexual con una persona con la que no se está pasando la cuarentena es considerada un comportamiento de riesgo y los investigadores recomiendan usar una mascarilla en ese caso para evitar transmitir las gotitas respiratorias que podrían propagar el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, aunque el riesgo de contagio sigue existiendo. Y, por supuesto, las manos desinfectadas.