La Consejería de Sanidad ha emitido una orden por la que autoriza la presencia de prensa diaria en los establecimientos de restauración de Castilla y León al entender que los periódicos son elementos “poco favorecedores” de la transmisión del COVID-19, pero dado que no puede descartar totalmente esa posibilidad, la Dirección General de Salud Pública propone también una serie de medidas que permitan evitar posibles contagios.
ICAL
Entre ellas, se pide a los responsables de los establecimientos hosteleros que adopten algunas medidas como que la prensa se sitúe y se lea “en un espacio específico” del local, en el que se dispondrá, bien en él mismo o en su proximidad, de información sobre las “adecuadas condiciones de uso” y la obligación de respetar estas recomendaciones.
Para proceder a la lectura de los periódicos, los clientes tendrán que desinfectarse las manos con gel hidroalcohólico “inmediatamente antes y después de su uso” así como respetar las normas higiénicas básicas. El personal del establecimiento, por su parte, será el encargado de vigilar que los clientes respetan las normas que se han establecido. Será en el caso de que se aprecien prácticas “de riesgo” cuando habrá que “retirar y desechar” el ejemplar que se estaba utilizando.
La Consejería de Sanidad adoptó esta decisión ante la carencia de una prohibición expresa ni referencia a esta posibilidad de disponer de prensa en los establecimientos de restauración colectiva en las medidas establecidas durante el proceso de desescalada. Desde el Ejecutivo autonómico se recordó que la “principal” forma de propagación de la COVID-19 es la transmisión directa a través de las gotículas respiratorias que salen despedidas de la nariz o la boca de una persona infectada al hablar, toser o estornudar.
Sin embargo, no es descartable que algunos objetos inanimados puedan contaminarse y, por lo tanto, convertirse en un “eventual” vehículo de la enfermedad, algo que depende de varios factores como su composición y características de estos objetos. En este sentido, desde la Consejería de Sanidad se aseveró que se ha comprobado que las superficies de cartón yo papel son “menos eficientes” en este sentido, por lo que suponen “un menor riesgo de transmisión”.
De cualquier forma, y aunque teniendo en cuenta las características del papel y las tintas empleadas permiten hacer alusión a estos elementos como “poco favorecedores de la transmisión de la enfermedad”, tampoco se puede descartar totalmente esa posibilidad “en el caso de un mal uso”.
Por analogía, hay que considerar que la Orden SDN/414/2020 de 16 de mayo para flexibilización de determinadas restricciones de ámbito nacional establecidas tras la declaración del estado de alarma en aplicación de la fase 2 del Plan de transición hacia una nueva normalidad, con ciertas restricciones, permiten en las bibliotecas las consultas en sala.