De trasera del Gran Hotel a tienda de productos ibéricos

Abren un nuevo establecimiento dedicado a la comercialización de artículos derivados del cerdo ibérico
Un nuevo establecimiento se abre entre la plaza del Ángel y la del Mercado.

 

[dropcap]H[/dropcap]ace 13 años –fue en 2007- cuando derribaron el Gran Hotel de Salamanca en la plaza Poeta Iglesias. Después se levantó un bloque bautizado como ‘Edificio Gran Hotel’. Ahora, se está acondicionando uno de los locales del enorme edificio que abarca una manzana, para convertirlo en un establecimiento dedicado a la comercialización de productos ibéricos, entre la plaza del Mercado y la del Ángel.
Aprovechando la próxima apertura de la tienda Abanico, recordemos la importancia que tuvo el Gran Hotel en Salamanca.

Las crónicas periodísticas cuentan que se inauguró en mayo de 1930. Este soberbio edificio consiguió atraer turistas de postín a Salamanca, al poseer la ciudad una oferta hotelera de calidad. Y, así, comenzaron a verse vehículos de lujo circular por las calles precarias de la Salamanca de los años treinta.

No todos los bolsillos podían pagar el alojamiento, la habitación más económica, según publica Historias del cuarto de atrás, era de 10 pesetas (0,06€), para hacerse una idea de lo que podía suponer, señalar que un abrigo de lana costaba 15 pesetas.

El nuevo establecimiento del Edificio Gran Hotel.

Por su hall, salones y habitaciones se pasaron artistas, como Lola Flores o Audrey Hepburn, alojada junto a su marido, Mel Ferrer, cuando robaba El señor de Lasalle, toreros como Luis Miguel Dominguín, deportistas,… Sin olvidar que fue el centro de operaciones de alemanes y aliados en el inicio de la Guerra Civil, allá por 1936, cuando ambos bloques venían a ‘hacer’ negocios con Franco, invitado del Obispo a vivir en su palacio frente a la Catedral.

El periodista salmantino, Ignacio Francia, en un artículo publicado en El País, amplía la lista de insignes huéspedes al escribir sobre el paso de Ava Gardner, Orson Welles, Luis Miguel Dominguín, Burt Lancaster o Sophia Loren. También cuenta cuál fue el último de sus clientes, el empresario ceutí de origen indio Dayal Badammal, que vino a la ciudad a ver a su hijo, estudiante de la Universidad de Salamanca a su hijo estudiante.

De aquella época no queda nada, ni una placa que recuerde que por allí pasó el artisteo nacional e internacional, intelectuales, políticos, reyes, aristócratas o toreros.

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