El confinamiento derivado del coronavirus y el miedo inicial a desplazarse dentro y fuera de la provincia han provocado que miles de viviendas hayan estado vacías más tiempo del habitual; sí, se trata de las segundas residencias que salmantinos y ‘foráneos’ tienen en propiedad en algún rincón de la provincia, y que poco a poco han vuelto a la vida.
Según los datos del ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana (Mitma), la provincia de Salamanca cuenta con 100.676 viviendas no principales o segundas residencias, cifra que supone un 42% del total, estando a la cabeza del país en este apartado, y muy por encima de la media nacional, que es de un 25%.
Después de 99 días del fin del estado de alarma (21 de junio) y con él la restricción de movimientos, las más de 100.000 segundas residencias ubicadas en alguna parte del territorio de Salamanca han vuelto a la vida, bien sea por parte de los propios salmantinos o de ciudadanos procedentes de otra provincia de la geografía nacional.
Del total de 241.231 viviendas existentes en la provincia, 140.555 son principales y el resto, 100.676 secundarias, por lo que la relación indica un número muy elevado, que se ha ido incrementando con el paso de los años. De este modo, en 2018 había en Salamanca 103.425 segundas viviendas, por las 96.019 de 2017, las 94.426 de 2016, las 92.028 de 2015 o las ya lejanas 76.599 del año 2001.
Además, y según los datos del propio Ministerio, la mayoría de ciudadanos que ha venido o vendrá a su segunda residencia en Salamanca proviene de la capital de España, ya que el año pasado fueron los que adquirieron un mayor número de viviendas, con 235, seguido de lejos por los habitantes de Barcelona (32), el mismo número que los vecinos de Cáceres.
Este hecho no solo supone una mayor vida para los pueblos y el país, ya que los empresarios de la hostelería, el comercio, la alimentación o el ocio, grandes paganos de esta situación, pueden verse muy beneficiados por esta situación, aunque sea solo (de momento) durante los meses de verano.