El sector de la biomasa térmica en Castilla y León mantendrá el camino iniciado a pesar de la crisis sanitaria y económica provocada por la Covid-19, y retomará su ritmo de crecimiento en la Comunidad gracias a la confianza en las estufas de este tipo y el fomento y puesta en marcha de las redes urbanas que ya están operativas en algunas grandes ciudades y previstas, en otras, lo que acompañado de la instalación de biomasa en edificios públicos conllevará años de “fuerte” incremento.
J.L. / ICAL. El presidente de Asociación Española de Valorización Energética de la Biomasa (Avebiom), Javier Díaz, reconoció a Ical que aunque los momentos “son difíciles”, el futuro de la biomasa para usos energéticos “tiene unas buenas expectativas, dado que los objetivos marcados en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021-2030 para la generación eléctrica, de 600 megavatios, hasta llegar a los 1.403, “permitirán seguir con la tendencia ya iniciada con los proyectos que se están poniendo en marcha, fruto de la primera subasta en la que se adjudicaron 200 megavatios”.
Hablar de biomasa en la Comunidad es hacerlo sobre el territorio líder en producción de pellets, con un tercio del total nacional. O lo que es lo mismo, 222.513 toneladas en 2019 en las 13 fábricas abiertas, de un total en España de 714.000. Una cifra que además supone un 26 por ciento más que en 2018 y un 43 más que en 2017, lo que evidencia el ritmo de crecimiento subrayado por el presidente de Avebiom, quien aprovechó para reclamar a las administraciones que dirijan los fondos de recuperación a proyectos verdes para cambiar el modelo energético y requirió la participación del sector en el Pacto por la Recuperación, firmado entre la mayor parte de los grupos parlamentarios en las Cortes.
Avebiom justifica esta petición en que Castilla y León es una de las comunidades forestales más importantes de toda Europa, pues el 51 por ciento de la superficie es forestal de este tipo. Acumula 150 millones de metros cúbicos de madera y es la segunda región más importante a nivel nacional.
Además, las masas forestales en Castilla y León se aprovechan por debajo de su capacidad máxima técnica, que es de 456.600 toneladas al año (la cuarta parte del total nacional, 1,87 millones).
Al respecto, la asociación lamentó que se corta el 30 por ciento del crecimiento (por debajo de la media española, 37 por ciento, y del promedio europeo del 65 por ciento). “La puesta en producción de estos recursos puede ser palanca de desarrollo de la región”, incide Díaz, quien a pesar del buen ritmo que se prevé no esconde “la incertidumbre” entre las empresas del sector de la bioenergía “sobre su futuro inmediato y a medio plazo en el marco de la nueva normalidad”.
El sector forestal emplea a más de 16.000 personas en Castilla y León y su industria tiene una gran relevancia en el ámbito nacional. Los productos de madera transformados pueden ser clave en el nuevo desarrollo económico, basado en el gran Pacto Verde Europeo (EU Green Deal), “generando una oportunidad estratégica única”.
Otro punto a favor de la biomasa en la Comunidad es que más del 95 por ciento de la actividad del sector se concentra en poblaciones de menos de 3.000 habitantes y gran parte de la fiscalidad asociada a ella retorna a la Comunidad. “El desarrollo del sector es una oportunidad para la generación de empleo y fijar población en el entorno rural”, comentó el presidente de Avebiom.
Equipos al ralentí
Las previsiones de “fuerte” crecimiento de producción no esconden las limitaciones que impone la “cautela” sanitaria, pues la caída del precio del crudo “también ha contribuido” a que se haya ralentizado el ritmo de instalación de equipos de combustión con biomasa y a que muchos proyectos nuevos permanezcan en espera, tanto en el ámbito residencial, como industrial y servicios.
Sin embargo, Avebiom pone muchas esperanzas en las administraciones públicas, para que “tomen medidas de apoyo que permitan a las empresas retomar la senda abierta estos años”. De hecho, en las últimas semanas se han producido algunos anuncios desde organismos públicos que, aunque tienen sus raíces en la época pre-Covid-19, “ahora se ven con mayor interés”, según confirmó Avebiom. Entre ellos, citó el acuerdo para activar medidas contra el cambio climático de la Junta, que incluye “de forma explícita a la biomasa como fuente de energía de referencia para calentar 1.200 edificios públicos.
También se están reanudando campañas de subvenciones en prácticamente todas las comunidades autónomas, de las que se benefician las empresas relacionadas con la bioenergía: desde la generación del biocombustible a la instalación de equipos.
Por otra parte, el precio del petróleo podría superar los 100 euros por barril “relativamente pronto”, algo que vaticina, según Avebiom, “otro acicate para activar el ritmo de instalaciones de biomasa”. En cuanto a la fabricación de biocombustibles, “no ha sido la Covid-19 el factor de mayor afectación”: “La campaña ha sido floja por las temperaturas suaves del invierno y bastantes productores, con la idea de no quedarse cortos de pellet, han generado un considerable volumen que no ha llegado a venderse en esta temporada y ahora permanece en stock”, concluyó la asociación en declaraciones a Ical.