Máxima privacidad en pleno paraíso. Esta es la carta de presentación de una isla situada en el Caribe que está a la venta por 75 millones de dólares (unos 63,5 millones de euros al cambio actual).
Bautizada como ‘Long Caye’ y situada en Belice, la isla cuenta con unas 16 hectáreas de terreno y se encuentra a unas 12 millas de la costa de la Península de Placencia, en el sur del país de la costa este de América Central y que es famoso por su biodiversidad y un ecosistema único, donde las largas playas y el estilo caribeño se mezclan con la antigua cultura de los mayas.
Según publica Idealista.com, en esta ubicación solitaria y salvaje es donde se encuentra esta exclusiva propiedad, comercializada por la inmobiliaria de alto ‘standing’ Engel & Völkers, y que incluye seis pequeñas cabañas con unas vistas espectaculares al Mar Caribe.
Según la inmobiliaria, la isla cuenta con su propio suministro de agua y electricidad, así como amarres para embarcaciones. A pesar de que es un lugar perfecto para un retiro privado, con sus playas de arena blanca, aguas cristalinas y magníficos arrecifes de coral (Belice cuenta con el segundo arrecife más grande del planeta) para realizar deportes acuáticos y pesca, su ubicación y a sus conexiones con el continente también permiten destinar la isla al desarrollo de un enclave turístico paradisíaco.
El covid-19 dispara el interés por el lujo privado
Según explica Ron Krueger, director de Engel & Völkers Kinsale/Cork, poseer una propiedad frente al mar o una isla privada se considera el máximo lujo y, al igual que sucede con cualquier propiedad, no hay límites de precio en las islas privadas. «El tamaño, la ubicación geográfica, la accesibilidad y el potencial de desarrollo determinan el precio de compra. Los edificios existentes y sus servicios también influyen en el valor de mercado», sostiene.
Desde la inmobiliaria también aseguran que la pandemia del coronavirus ha aumentado todavía más el atractivo de encontrar un enclave único y aislado dentro del segmento ‘premium’. En ese sentido, Krueger señala que «este tipo de propiedades especiales ofrecen a los propietarios un lugar de refugio junto al agua donde pueden sentirse cerca de la naturaleza y al mismo tiempo disfrutar de comodidades exclusivas, la máxima privacidad y una flexibilidad absoluta», recoge una publicación de Idealista.com.