La Audiencia Provincial de León condenó a una pena de diez años de prisión a la berciana V.G.G., la mujer que simuló un secuestro por parte de su expareja y le acusó de agredirla y de intentar sellarle la vagina con pegamento.
ICAL.- Los magistrados de la sección tercera la consideran responsable de los delitos de simulación de delito y detención ilegal, por los que también le obligan a indemnizar a su expareja con 25.000 euros y al pago de una multa de diez meses. Por su parte, el hombre que ayudó a la mujer a fingir los hechos vio reducida su pena al pago de una multa de diez euros diarios durante siete meses por haber confesado su participación en los hechos.
En los más de 200 folios de la sentencia, los jueces argumentan que el objetivo de la mujer con respecto a su expareja fue “provocar su privación de libertad” a través de una “escenificación” para la que ideó “actos preparatorios”. Tras analizar las pruebas aportadas, el tribunal hace hincapié en que “los hechos denunciados por la acusada, sencillamente, no tuvieron lugar”. El fallo puede recurrirse durante diez días hábiles ante el Tribunal Superior de Justicia (TSJ).
Denuncia falsa
En octubre de 2016, la ahora condenada denunció que su expareja la había secuestrado y agredido, llegando a verter pegamento sobre sus partes íntimas. Tras su denuncia, el Juzgado de Primera Instancia e Instrucción 5 de Ponferrada, competente en materia de violencia de género, decretó el ingreso en prisión provisional de I. R. G., al que se acusó de los delitos de detención ilegal y quebrantamiento de condena derivado de la violencia sobre la mujer.
Sin embargo, una semana más tarde el caso dio un giro de 180 grados, con la detención de la denunciante y la puesta en libertad del acusado. Los órganos judiciales habían obtenido la confesión del cómplice en los hechos, junto a pruebas de que los elementos utilizados para simular el secuestro fueron comprados por la supuesta víctima. Las grabaciones de las cámaras de videovigilancia de un bazar cercano al domicilio de la mujer fueron claves para la detención de la mujer, ya que en ellas, aparecería la ahora condenada comprando los objetos que utilizó para simular su secuestro y la agresión que denunció.
Fue en ese momento cuando la Guardia Civil detuvo a V.G.G., que se enfrentó a un proceso judicial por los delitos de denuncia falsa y simulación de delito. En su comparecencia ante el juez, la berciana aseguró que los hechos denunciados sí habían ocurrido pero un año antes y que en ese momento se inventó el relato presionada tanto por su anterior abogada como por la Guardia Civil y por el amigo que le habría ayudado a llevar a cabo el montaje. “Mezclé cosas de ese día con otras. Hubo cosas que pasaron ese día y otras que pasaron antes. Todo fue real”, manifestó en sede judicial. Por su parte, F.V.A., el cooperador, declaró que se limitó a llevarla desde Fabero, donde residía, hasta Bembibre, donde la ahora condenada situó la supuesta agresión.