El rastreo de las aguas fecales es un método de detección temprana en el caso de que el virus vuelva a las comunidades, que se suma a la App Radar Covid (tres millones de descargas en todo el país) y los rastreadores de Atención Primaria para cortocircuitar los contagios una vez que un ciudadano ha dado positivo.
Este método se utiliza en Castilla y león y en Salamanca, analizando las aguas residuales que llegan a la depuradora de El Marín.
La consejera de Sanidad, Verónica Casado, dijo este miércoles en su visita a la ciudad del Tormes, que cuando se detecta un aumento de la carga viral en las aguas residuales “se sabe que en los diez días siguientes aumentará el número de infectados”.
El coronavirus deja un rastro genético (ARN) que se mantiene en el cuerpo de los infectados durante 20 días. Posteriormente lo expulsan mediante heces y otros métodos de secreción, según la revista Nature.
Para cuantificar el alcance de la infección, los grupos necesitarán averiguar cuánto ARN viral se excreta en las heces. Después de ello, se extrapola el número de personas infectadas de la población a partir de las concentraciones de ARN viral de aguas residuales.