[dropcap]S[/dropcap]on muchos los momentos de nuestra vida en la que un cura está presente, en los buenos cuando nos casamos, bautizamos o tomamos la Primera Comunión y en los malos, cuando despedimos a un ser querido
Por todos estos instantes inolvidables, cuando un cura que ha calado hondo en una comunidad se va, sus feligreses pierden a un amigo, a un consejero y a un apoyo.
Estos sentimientos son los que han embargado a los vecinos de Serradilla de Llano que han homenajeado a su sacerdote de los últimos años, don Joaquín. «Se nos va un párroco ejemplar. Usted, don Joaquín le tendía una mano a un anciano o al más joven chaval. Siempre muy servicial», puso voz Carmen García, una de sus parroquianas en nombre de los vecinos de Serradilla del Llano.
Explicó que la situación de la parroquia no atravesaba su mejor momento cuando llegó don Joaquín, «pero con su empeño y tenacidad puso esta parroquia a la altura de cualquier otra».
En Serradilla del Llano hay muchas costumbres arraigadas al culto y los feligreses agradecen que don Joaquín siempre las respetara.
«Hoy queremos darle las gracias por las palabras de aliento tanto a los enfermos, como a los que hemos perdido a un familiar. Pero, no solo nos ha acompañado en momentos tristes, también en enlaces y bautizos».
«Aquí deja un pueblo al que regresar, para nosotros es un hasta luego. No solo ha sido el párroco de Santa Catalina, ha sido uno más de esta parroquia».
En el homenaje le dieron la bienvenida a su nuevo sacerdote, don Efraín.
El acto religioso contó con la presencia del obispo Jesús García Burillo y el nuevo sacerdote de la comunidad.