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Miguel Marcos: «Nos gusta juntarnos, comer juntos, acercarnos; eso es gasolina para el virus»

El medico internista señala que no puede haber 17 sistemas de salud en plena pandemia
Miguel Marcos, internistas del clínico de Salamanca.
Miguel Marcos es uno de los investigadores principales del estudio, médico del Hospital Universitario de Salamanca, catedrático de la Universidad de Salamanca e investigador del IBSAL. Foto: @drmiguelmarcos

Una reflexión más; no importa las que realice a lo largo del día, todas ellas son significativas y se han convertido en el ‘libro de cabecera’ de muchas personas en esta pandemia.

 

Hablamos sí, del médico internista e investigador del Ibsal, Miguel Marcos, quien ha lanzado una nueva reflexión, una vez que las medidas por parte de la administración se van endureciendo un poco más. Esto es lo que ha escrito en su red social Twitter:

«Me he pensado mucho hacer este hilo pero ahora que el gobierno parece que ya se pone serio y reconocemos la gravedad de la situación, mucha gente se pregunta: ¿por qué? ¿Qué pasa en España que estamos peor que en otros sitios? ¿Qué hacemos o qué no hacemos? Aquí va mi opinión».

«Y vaya por delante que es mi opinión porque el efecto de la pandemia y sus consecuencias trasciende la medicina y ya se ha convertido en una batalla de la sociedad contra el virus. Y, como sociedad, estamos fracasando y no conseguimos controlar el virus así como otros países sí».

«Y quiero señalar varios factores que a mi juicio están siendo claves en que el virus progrese como está progresando en casi todo nuestro país. Médicamente, de por sí el SARS-CoV-2 es un virus que se controla muy mal».
«Pero el virus es igual en todos los países, por tanto, desde el punto de vista social y político, ¿qué hace que estemos tan mal en España? Voy a centrarme en tres factores, hay más. El primero la precariedad a muchos niveles, p. ej., precariedad laboral que obliga a trabajar».
«Probablemente gente que esté en otros países pueda dar más detalles de actuaciones concretas en la pandemia, pero lo que es evidente es que tenemos más economía sumergida que Alemania o que Japón y más precariedad laboral. También más situaciones de exclusión social».
«Todas estas situaciones conducen a mayores dificultades para el confinamiento o para algo tan simple como no ir a trabajar si estás malo. En EEUU, esa economía tan avanzada, la ausencia de bajas laborales remuneradas está siendo una vía de agua para controlar bien el virus».
«La gente pobre tiene más posibilidades de infectarse. Es así de duro y, peor todavía, tras esta pandemia las desigualdades sociales van a ser más marcadas. Mucha tarea tenemos ahí como sociedad para vencer esas desigualdades y frenar el efecto del virus».
«El segundo factor es nuestro carácter, para lo bueno y para lo malo. Nos gusta juntarnos y comer juntos, tenemos un carácter gregario, nos acercamos mucho los unos a los otros. Cuando viví en EEUU decía, de broma, «aquí no saben abrazar bien». Todo esto es gasolina para el virus«.
«Y lo malo es nuestra picaresca, ese saltarse la ley a ver si no me pillan y consigo sacar algo. Sé que aquí se podrá argumentar mucho a favor y en contra pero yo solo digo que el género de la novela picaresca alcanzó su máxima expresión en España (y no por casualidad)».
«En tercer lugar, sin entrar en si unos políticos son buenos y otros malos (en todas partes cuecen habas), está claro que la enorme descoordinación entre administraciones está siendo completamente ineficiente en esta lucha. No podemos tener 17 sistemas de salud en plena pandemia».
«Tampoco podemos tardar meses y meses en tener una app de rastreo eficaz que se aplique en todo el territorio. Cuando el ministerio sacó la app en julio y dijo «ahora depende de las autonomías» yo pregunté: «¿pero sois Google o Apple?, ¿no tendréis que intentar implantarla?».
«Y ese maniqueísmo político también tan español (casi lo podemos meter en el apartado del carácter), esa polarización de la vida política, dificulta todo. El COVID-19 no ha venido a mejorar nada, sino a empeorar todo, y también se ha manifestado más todavía ese enfrentamiento».
«A primeros de marzo ya era evidente ese enfrentamiento político y escribí «ojo que el virus viene sin carné, ¡unidad!». Pero solo se ha agudizado. Y los unos se echan la culpa a los otros y viceversa, pero al final la casa, nuestra casa, sin barrer…».
«Podemos añadir como ingredientes adicionales que el hecho de cerrar el país tan tarde en marzo determinó una carga viral muy elevada y, a modo de «pecado original», esto ha colaborado también de forma determinante en que volvamos tan rápido a la segunda ola. Más virus, más casos».
«Y también, finalmente, el ya deteriorado estado de la sanidad (precariedad, primer punto), sobre todo de la atención primaria, que no ha podido contener la virulencia de esta epidemia y el enorme número de casos de enfermos graves que se diagnostican diariamente».
«Y con todo esto, así estamos, con la triste realidad de que han fallado las estrategias de rastreos y contención y nos vemos abocados a restricciones más importantes de la movilidad y por tanto más crisis y más daño económico. Es lo único que ha funcionado hasta ahora».
«Esperemos que podamos contener pronto esta segunda ola, aunque sea con medidas restrictivas, y que hayamos aprendido la lección para el siguiente descenso y no nos veamos tan pronto (o por lo menos no antes de disponer de más herramientas contra el virus) en una tercera ola«.
«Hay poco espacio para el optimismo en estos días, al menos en mi ciudad, pero la realidad es que queda menos «para superar la pandemia. No hay mal que cien años dure y la pandemia terminará. Esperemos que no termine porque nos hayamos infectado todos (inmunidad de grupo) sino que podamos controlarla satisfactoriamente gracias a corregir los factores que he mencionado y, por supuesto, a las nuevas herramientas que aparecerán en los campos de test diagnósticos, tratamientos y vacunas. Esperemos que el próximo verano todo sea distinto».
«Mientras tanto, cuidaos y cuidad a vuestros seres queridos. Sobre todo, usad mascarilla, lavaos las manos y evitad los espacios cerrados todo lo posible. El riesgo de contagio es muy alto y la mejor forma de frenar la pandemia es evitando contagiarte. No te la juegues«.

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