[dropcap]M[/dropcap]is padres no quieren que vaya a verlos, les da miedo. Durante el confinamiento y la primera ola, en la mayoría de los casos, los pueblos pequeños de Salamanca han estado libres de coronavirus, en la segunda ola, la situación está cambiando son los vecinos de estos pueblos, en su mayoría octogenarios, los que le piden a sus hijos que no se acerquen por el pueblo. “No queremos ser los causantes de que se produzca un brote que contagia a los vecinos, así que mejor no vengáis”, cuenta un vecino de estos pueblos de Salamanca incluidos en la España Vaciada
Seguro que esta frase la pronuncian con todo el dolor, porque eso les impide ver a sus hijos y a sus nietos, en definitiva a sus seres queridos. Pero, el sentido común y la prudencia que ha caracterizado a esta generación, los llamados hijos de la postguerra, que tanto han tenido que sufrir en su vida, son conscientes de que ahora hay que ser precavidos para salvaguardar su vida y la de sus convecinos de infectarse de coronavirus.
Hace unos días, en Guadapero, entidad local menor de la comarca de Ciudad Rodrigo, hubo un entierro. El difunto y sus familiares venían de Bilbao para celebrar el entierro en su pueblo natal. No hubo velatorio, pero sí contacto entre algunos de los que vinieron de Bilbao y vecinos de la localidad. Ahora hay un brote de coronavirus.
Este domingo, cuando el cura se acercó a dar misa en Guadapero, nadie acudió a la iglesia.
Los mayores de estos pueblos de la España Vaciada, seguro que con mucho dolor, solo piden: “No vengáis, porque no se sabe dónde está, ni quién lo puede traer”.