«Venía a trabajar con ilusión y ahora se me ha quitado»

Un comerciante del centro cuenta como está siendo su experiencia desde que reabrió en mayo, "las ventas han caído de media un 60%"
Una tienda de ropa. Foto. Pixabay.

 

«Siempre he venido a trabajar con ilusión, con muchas ganas, incluso los días de fiesta a montar o cambiar el escaparate. Ahora no. Ahora pienso: otro día más, igual que el anterior. Pierdes la ilusión y las ganas». Así de sincero se muestra un comerciante del centro de Salamanca.

 

Las ventas en su negocio han caído de media un 60%. «Hemos tenido meses de hasta un 70%, solo en el mes de julio se recuperó un poco, pero la caída fue del 50% con respecto al año anterior. Nuestro artículo es perecedero, es como la fruta, y tenemos colgado todas las prendas. Eso sí, el IVA está pagado y es entre un 20 y un 26%», puntualiza este comerciante.

Ahora están en plena campaña de invierno, tienen que retirar los artículos que no han vendido, para hacer sitio a las prendas de abrigo. «Aguantaremos para ver si en Navidad recuperamos un poco y esperemos que el año que viene retomemos un poco a la normalidad, aunque lo veo complicado, pero tengo esperanza de se encuentre un tratamiento o una vacuna», matiza.

Se muestra desconcertado con el apoyo que está recibiendo por parte de la asociación de comerciantes. «Pertenezco a Aesco, me cobra una cuota de unos 200€ al año y no le veo la utilidad por ningún lado. Otras sectores están recibiendo el apoyo de la asociación profesional a la que pertenecen y están consiguiendo que les bajen los impuestos o que, por ejemplo, en hostelería le amplíen las terrazas. La nuestra nada, ni siquiera pelea porque nos congelen el alquiler de los locales. No se mueve para nada y no nos apoyan«, manifiesta.

Conoce a compañeros que los propietarios de los locales le han bajado un 50% el alquiler, en su caso «ni un duro. Nosotros tenemos menos ventas, pero no hay un ley que nos ampare con relación a los alquileres y la asociación no hace nada».

Quiere ser optimista con relación a lo que está por venir, pero sin perder un ápice de realismo en lo que ha vivido y está viviendo. «Las ventas que haces hoy no son suficientes para mantener el negocio. Cuesta más abrir que lo que vendes», indica.

Lleva toda la vida en el sector del comercio y asegura que nunca ha visto tantos locales vacíos en Salamanca como los que ve ahora. «Está siendo un espanto. Abrir la puerta todos los días nos cuesta un dineral, pero aguantaremos todo lo que podamos por no despedir a nadie».

Ve complicada la solución. «Hay que pensar en la salud, pero también hay que buscar un camino para que la economía no se hunda. Es difícil, pero tango esperanza«, concluye.

 

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