Ha vuelto a ocurrir. El Ayuntamiento de Salamanca ha criticado este viernes el cierre de la hostelería, revelándose una vez más como uno de los principales detractores de la gestión de la pandemia por parte de la Junta, a pesar de estar gobernadas ambas instituciones por PP y Cs.
En esta ocasión ha sido a raíz del cierre de la hostelería para tratar de frenar los contagios, que están descontrolados en toda la provincia. El equipo de Gobierno municipal programó para primera hora de la mañana una comparecencia del concejal de hostelería, Fernando Castaño, para criticar duramente las restricciones que entraron en vigor a medianoche, como ha venido haciendo dese el inicio de la pandemia, con una deslealtad implacable. Cada vez que ha habido una decisión controvertida, han sacado a este concejal para criticarla.
Es el concejal que utiliza el equipo de gobierno de Salamanca para decir lo que realmente opinan sobre la gestión de la crisis por parte de la Junta y que no se atreven a verbalizar los pesos pesados, como el alcalde y Fernando Rodríguez. De hecho, nadie desmiente sus críticas ni comparecencias, lo que da validez a sus argumentos.
Este enfrentamiento con la Junta por parte del Ayuntamiento de Salamanca no se produce para defender los intereses y la salud de los ciudadanos, sino única y exclusivamente los de un sector que condiciona la labor del Ayuntamiento, los hosteleros (de algunos más que de otros).
Castaño, este viernes incluso se ha aliado con Ayuso. Ha pedido a la Junta de Castilla y León que “no tome las medidas desde el punto de vista de la dureza sino de la eficacia”, cuestionando así el cierre de la hostelería en toda la Comunidad que, recordó, “afecta a todos los autónomos”.
Un colectivo para el que la semana “empezó muy mal”, según Castaño, al “subirle las cuotas de la Seguridad Social a la vez que se subía el sueldo a los políticos y los funcionarios”, y que concluye hoy con un cierre de la hostelería cuando “los datos de contagios señalan que solo entre el 2 y el 3 por ciento se producen” en los establecimientos del sector. Lo que no dice es cuántos se propagan a raíz de ellos.
“Cataluña cerrando la hostelería ha triplicado los casos, mientras que Madrid, que no la ha cerrado, los ha reducido a la mitad”, continuó esgrimiendo Castaño, quien reconoció que “hoy en día es difícil dar una respuesta a todo, pero se pueden dar mejores respuestas” ante una situación que, en su opinión, está provocando “una fractura social muy grande” porque “hablamos de padres y madres que tienen que dar de comer a sus hijos”.
Por ello, Fernando Castaño pidió a la Junta “sensatez y responsabilidad” a la hora de tomar medidas que deben realizarse “con la mayor delicadeza del mundo y pensando en si puede ser peor o agravar algún otro problema”, y que además deben ir acompañadas de “un plan de choque” porque “en Europa están tomando la misma medida pero, a la vez, están tomando contramedidas”.
Que se sepa, el Ayuntamiento al que él pertenece hasta ahora solo ha eximido al sector de la tasa de la terraza hasta finales de 2021, y se ha ofrecido a cofinanciar los costes para firmar un crédito con el banco, amén de colgar los adornos navideños a mediados de octubre, que como bien es sabido ha sido un revulsivo sin parangón. Y este viernes ha presentado una web en plan just eat, glovo, delyveroo,… para que los salmantinos pidan sus envíos a domicilio. O sea, descubriendo la pólvora.
“Hablamos de que nos gustaría tener a Merkel o a Macron pero tomamos decisiones por nuestra cuenta y pedimos un plan nacional”, continuó esgrimiendo Castaño, en clara referencia a las declaraciones realizadas la semana pasada por su compañero de partido, Francisco Igea, pero reclamando a la Junta que “explique bien las medidas, porque está fallando en la estrategia de comunicación si no en la misma estrategia de medidas”.
“Hace poco, se puso un toque de queda en Castilla y León, pegándose por ser los más rápidos en tomar las medidas, y luego fue anulada por la Justicia”, recordó Castaño, preguntándose si “¿tanta prisa había?” y advirtiendo que “hasta ahora los que se saltaban las leyes eran los separatistas, pero ahora también nosotros”.
Por ello el concejal de hostelería del Ayuntamiento de Salamanca hizo un llamamiento a “pensar muy bien cada medida que se toma y la contramedida para no empeorar la situación”, así como a “mimar y cuidar a los empresarios, no demonizarlos”, porque la situación social “es más grave de lo que parece” y hay que “buscar el lenguaje que dirija hacia el buen fin”.
Y es que Castaño llegó a comparar la situación social con la Argentina del año 2001, recordando que “las protestas masivas provocaron la caída de los políticos una semana tras otra”, por lo que pidió a estos que fueran “más responsables y comedidos” y dejaran de “buscar que las medidas sean bien acogidas, sino que sean efectivas”.
Negacionismo
En ese sentido, el concejal del Ayuntamiento de Salamanca también aseguró que, aunque le parece bien que las medidas se tomen según “criterios sanitarios”, la economía “también es un criterio sanitario” puesto que “las crisis provocan directamente muertos, como la de 2008 que dejó en Europa 160.000 muertos”.
Frente a ello, Castaño hizo un llamamiento a los políticos para, en sus mensajes, “mantener el ánimo de las personas” a través de un “cambio de lenguaje” que ya pidió en mayo porque “decir que estábamos salvando vidas con el confinamiento no era correcto”, ya que dicha medida “lo que hace es evitar muertes, pero causa otras”.
De hecho, el concejal de Ciudadanos sustentó su argumento en que “en septiembre, la OMS ha dicho lo mismo que dije yo en mayo, puesto que no recomienda confinamientos”, aunque al regreso a estos últimos es “hacia donde va toda Europa”. Por ello pidió a los gobernantes europeos y españoles “dejar de perseguir a cualquiera que tenga una voz discrepante, porque a veces aciertan y otras no, pero son necesarios para buscar soluciones”. Glub.
