La Caridad de Sanjuanejo, en peligro

La asociación Hispania Nostra incluye en su Lista Roja del Patrimonio el convento de la Caridad de Sanjuanejo, en Ciudad Rodrigo
El convento de La Caridad, en Sanjuanejo, Ciudad Rodrigo. Foto. Turismo de Castilla y Léon.

 

La asociación Hispania Nostra incluyó dentro de su Lista Roja del Patrimonio al convento de la Caridad ubicado en la localidad salmantina de Sanjuanejo, al considerarlo uno de los cerca de 800 monumentos españoles que corren el riesgo de desaparecer si las administraciones públicas no actúan «de inmediato»

 

ICAL. Según Hispania Nostra, los problemas del monasterio comenzaron en el año 2015, cuando fue vendido a la sociedad Hotel Abadía para ser convertido en un hotel de lujo, que tras comenzar las obras, tuvo que paralizarlas al verse «salpicada por dos presuntas macroestafas», según reza el comunicado emitido hoy por Hispania Nostra.

Desde entonces, las obras están «paralizadas», tal y como asegura la asociación, que afirma que la situación es «delicada» desde el punto de vista artístico y patrimonial puesto que «las lluvias del fin del invierno y la primavera han dejado su huella en los muros descubiertos y sin protección que hay sobre este Bien de Interés Cultural».

A este problema se une la «sustracción de algunas piedras» del monasterio, ya que el mismo «no cuenta con ningún tipo de vigilancia», así como el hecho de que «la puerta de acceso al recinto ha sido arrancada para la entrada de materiales y vehículos y una simple valla metálica de obra impide el acceso al recinto».

El monumento

El convento de la Caridad de Sanjuanejo fue edificado por los frailes premostratenses de san Norberto, asentados en la zona desde el siglo XII. Tras el terremoto de Lisboa de 1755, el edificio experimentó una gran reforma de remodelación y ampliación, precedida por la construcción de la capilla de Nuestra Señora de la Caridad, entre 1714 y 1732, a lo que siguió la iglesia, el claustro, las celdas y las despensas.

Parte de la nave del templo estaba ya hecha en 1762 y, en 1777, comenzó la edificación del crucero y la capilla mayor del mismo, pues la iglesia se continuó desde los pies partiendo del hastial renacentista. La cúpula del crucero se finalizó en 1780 y, al año siguiente, se terminaron de construir las bóvedas y la espadaña sobre la portada renacentista de Francisco Martín.

Pocos años después, el monasterio fue protagonista de la Guerra de la Independencia, al establecer el mariscal francés Ney el cuartel general de sus tropas en la abadía hasta el 10 de julio, cuando fueron trasladadas a Ciudad Rodrigo. Tras la desamortización de Mendizábal, en 1835, los monjes acabaron abandonando el monasterio en 1842 y, después de ser subastado, fue adquirido por la familia Uhagón de Foxá. Durante la Guerra Civil, fue utilizado como centro de detención por el bando sublevado y, en 1994, se convirtió en Bien de Interés Cultural.

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