La provincia de Salamanca cuenta con muchos tesoros gastronómicos en todo su territorio; uno de ellos, quizá un poco más desconocido para algunos, es el aceite.
Sí, ese ‘oro líquido’ que nace de las mejores almazaras que molturan las aceitunas de diferentes variedades, también autóctonas, ya sea en ecológico o del modo tradicional. Y hay dos localidades con gran riqueza en este sector, como son Ahigal de los Aceiteros y San Felices de los Gallegos.
La campaña de recolección de la aceituna comenzó a finales del mes de octubre y aún continúa con las variedades de la manzanilla cacereña, la autóctona Zorzal de Arribes y otras más comunes, como grandes protagonistas.
Según señalan fuentes de la Sociedad Agraria de Transformación (SAT) Aceiteros del Águeda, la campaña de recolección comenzó con la aceituna más verde, cultivada en ecológico, para la marca Abade, con un toque más afrutado y agrio por el momento de maduración de la aceituna.
En segundo lugar, cuando el olivo está en envero (proceso por el que la aceituna pasa de ser verde a negra y adquiere tonos violáceos) se recoge la variedad autóctona de la zona, Zorzal de Arribes, que se recolecta en dos o tres días, siendo el segundo año que se moltura. Es el aceite monovarietal Zorzal de Arribes.
Y, por último, se moltura en la almazara la aceituna más convencional bajo la marca Arribera, con una producción total de la campaña, que se prevé en unos 300.000 kilogramos que molturará la almazara ubicada en Ahigal de los Aceiteros, cerca de 100.000 kilos en ecológico.
Este tipo de aceite, según fuentes de la SAT Aceiteros del Águeda, no «tiene una producción muy elevada, pero sí una gran calidad en cada una de sus marcas, con una acidez del 0,1º y solo en raras excepciones llega al 0,2º».
Una vez que el aceite se moltura, permanece poco más de un mes en barriles de acero inoxidable haciendo una decantación natural.
La cooperativa se fundó en el año 2004, mientras que la almazara lo hizo en el año 2010, siendo la primera ecológica de toda Castilla y León.