[dropcap]H[/dropcap]oy quiero hablarte de un concepto que está presente en nuestras vidas más de lo que somos conscientes: el sesgo de confirmación.
Pero antes déjame que te cuente algo que quizá no sepas o hayas olvidado: en esta vida cualquier acontecimiento es neutro.
Puede que de entrada no estés de acuerdo con mi afirmación, pero te pondré un caso extremo para argumentarla: una guerra.
Lo que para muchos es un sinsentido, la mayor de las estupideces humanas, el fracaso más absoluto y la crueldad llevada a su máxima expresión, para otros es una oportunidad de negocio millonaria, un mal menor, el momento de demostrar quién tiene más poder o de arreglar las cosas de una vez para que no vayan a más.
Cualquier suceso a partir de ahí será visto de forma atroz o victoriosa en función de quien observe la realidad.
¿Tienen más razón unos que otros?
Pues depende de cómo pienses, le darás la razón al que esté más de acuerdo con tus ideas, pero eso no significa que unos tengan más razón que otros.
Solo significa que tú le das la razón a unos porque piensan como tú.
Sirve para cualquier situación. Por muy evidente que sea para ti tu forma de ver las cosas, siempre habrá alguien que piense lo contrario y crea que tu forma de entender el mundo es de ignorantes.
Aunque te plantees situaciones extremas como un secuestro, la pena de muerte o cualquier tema que se te pase por la mente.
Siempre habrá gente que lo vea de forma muy diferente a ti.
Seguramente pensarás que son unos insensatos y que evidentemente tú tienes la razón, pero siento decirte que lo más probable es que esas personas piensen lo mismo de ti.
No sé si encontraríamos algún tema en el que el 100% de la humanidad coincidiese.
Piénsalo.
Además, de unos años a esta parte la sociedad está todavía más polarizada.
Lo que yo pienso es la realidad, lo que tú piensas es una estupidez.
Solo hace falta darse una vuelta por Twitter cinco minutos.
No nos cuestionamos que nuestra visión es subjetiva. La mayoría de ocasiones la damos por válida y punto.
De hecho lo hacemos porque es más fácil vivir así que estar todo el día pensando si hemos analizado todos los diferentes matices de un asunto.
Para mantener nuestras propias creencias, nos apoyamos en uno de los sesgos cognitivos más conocidos: el sesgo de confirmación.
El sesgo de confirmación significa que secundamos la información que corrobora nuestras ideas y solo por eso la damos por válida.
Lo hacemos en cada pequeña elección: desde la cadena de televisión que vemos, el último libro que estamos leyendo, nuestros programas de radio favoritos o los amigos con los que nos gusta pasar más tiempo.
Nos resulta mucho más cómodo reforzar nuestras ideas que escuchar a alguien que argumente las opuestas.
Y más reforzamos nuestras ideas, más las damos por válidas.
Justo lo contrario a lo que fomenta el pensamiento crítico, tan importante si no queremos creernos cualquier noticia fake que nos cuenten o seguir a cualquier charlatán vendehúmos.
Entonces, ¿deberíamos cuestionarnos todo?
Pues no lo sé, eso ya dependerá de las ganas que tengas de invertir tu tiempo en analizar y cuestionar tus creencias, pero hacerlo a menudo puede convertirse en una de las mejores inversiones que hagas en ti mismo.
Vale la pena intentarlo.
Si no sabes por dónde empezar, pásate por aquí, puede que te interese.