Qué es necesario saber antes de invertir en deuda pública

La deuda pública es uno de los instrumentos de inversión más popular entre los inversores conservadores. En España, se ha articulado a través de diferentes títulos de deuda, fundamentalmente letras y bonos del Tesoro, un tipo de activo que gracias a la publicidad en televisión y en Internet y, sobre todo, gracias a su seguridad, llegó a ser muy popular entre los ciudadanos.

 

Sin embargo, en los últimos años, y como consecuencia de los bajos tipos de interés que rigen el mercado, la deuda pública ha perdido parte de su atractivo. Solo los títulos con un horizonte superior a los 10 años proporcionan alguna rentabilidad, y la mayoría de plazos devengan ya intereses negativos, en línea con lo que está ocurriendo en el resto de Europa.

Una caída importante de las rentabilidades en los últimos años

Los títulos de deuda pública se dividen en tres tipos, en función del plazo de la inversión. Por un lado, se encuentran las letras del Tesoro, con un plazo de hasta 18 meses; los bonos, de entre 18 meses y hasta los diez años; y las obligaciones, con un horizonte temporal superior a los diez años. Generalmente, cuanto mayor sea el plazo, mayor será el tipo de interés.

Sin embargo, nada tiene que ver el tipo de interés devengado por estos títulos hace 10 años al tipo de interés actual. Así, el tipo de interés medio de las letras del Tesoro era del 1,43%; el de los bonos, 2,99%; y el de las obligaciones, 5,6%.

Esas rentabilidades han ido descendiendo coincidiendo con las políticas de los bancos centrales. En la actualidad, devengan un interés del -0,620% en el caso de las Letras del Tesoro, del -0,414% para los Bonos del Tesoro y del 0,224% para las obligaciones, según las últimas subastas publicadas por el Tesoro Público.

Mercado primario y mercado secundario

Como hemos visto, optar por rentabilidades atractivas en deuda pública exige optar por plazos superiores a los diez años. Sin embargo, esto no quiere decir que cuando el inversor participa en la subasta del Tesoro en el momento de su emisión (mercado primario), tenga que asumir su tenencia hasta el vencimiento.

Existe un mercado secundario en el que se negocian los títulos de deuda pública una vez emitidos. A través de él se pueden comprar o vender si, por ejemplo, no se quiere mantener los bonos hasta el vencimiento. Eso sí, en este caso, el inversor tendrá que asumir una ganancia o una pérdida en función de la situación de su precio, ya que en el mercado secundario, la deuda pública cotiza como si fuese una acción.

¿Hay alternativas a la compra directa de deuda pública?

Los inversores en renta fija han apostado tradicionalmente por unos pocos instrumentos seguros. Entre los activos más tradicionales se encuentran los depósitos bancarios o la deuda pública a corto plazo, con una rentabilidad que se acerca al 0% o es, incluso, negativa.

Sin embargo, a través de internet y en plataformas como Raisin, pueden encontrarse de manera sencilla y segura depósitos de bancos europeos con rentabilidades mucho más atractivas para el inversor.

Asimismo, hay fondos de inversión de países de la zona euro a largo plazo o de renta fija internacional que ganan, de media, en torno a un 0,5% anual a tres años. En cualquier caso, los expertos recomiendan estudiar las diferentes opciones y, sobre todo, vigilar las comisiones que se aplican en el fondo para que no reduzcan la rentabilidad.

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