El cierre de la hostelería en Salamanca durante tres semanas ha sido decisivo para doblegar la curva de contagios que amenazaba con convertir la segunda ola en una carnicería, lo que ha llevado a la Junta a levantar las restricciones y permitir su reapertura a partir de este viernes, junto con los centros comerciales de más de 2.500 metros cuadrados y los gimnasios.
A fecha de hoy, la ocupación en planta en el hospital es como la que había el 22 de septiembre, la de la UCI como a mediados de octubre (la estancia media en la UCI es de casi un mes) y la de los contagios, como a primeros de agosto.
La evolución de los contagios se refleja en el hospital entre dos y cuatro semanas después, por lo que es muy probable que en los próximos días sigamos viendo como se alivia la presión asistencial en el Hospital Clínico.
Según los datos de la Consejería de Sanidad, este miércoles se han notificado 33 contagios en el conjunto de la provincia, una muerte, y 16 altas médicas en el hospital, lo que ha hecho reducir los ingresados en planta un día más. Ahora quedan 90 enfermos covid (9 menos que el martes) y otros 24 en la UCI (sin cambios).
No se ha sabido discriminar entre los hosteleros que han cumplido a rajatabla los protocolos de seguridad y los que se lo han saltado con total impunidad, y han pagado justos por pecadores. La reapertura del viernes pondrá a prueba de nuevo el grado de responsabilidad de unos y de los otros, los que deben velar porque no haya aglomeraciones en terrazas ni establecimientos. En algunas terrazas y algunos establecimientos.
No hay que olvidar que se quiere dar cierta normalidad a la situación, pero la incidencia de la pandemia en la provincia sigue siendo de alto riesgo.