Ecologistas en Acción anunció este viernes que acudirá a la Fiscalía en busca de la máxima responsabilidad en el «desastre de la gestión cinegética» en el Parque Natural de la Montaña Palentina, «récord mundial de osos muertos por causas humanas», con el fin de que se investigue si hay responsabilidad más allá, además del propio cazador, en los que dirigen la gestión cinegética en la provincia, tras la muerte de una osa en una cacería autorizada.
En un comunicado recogido por Ical, la entidad conservacionista afirmó que, teniendo en cuenta el seguimiento oficial de osas con crías, «a veces asfixiante», y el conocimiento de donde se encuentran junto con las circunstancias de alimentación de este año, por todos conocidas, y la cantidad de información generada y compartida en las redes sociales, «resulta difícil pensar que todo el mundo supiera que allí había osos menos los responsables de la Reserva Regional de Caza y del Parque Natural».
Apuntaron que reiteradamente se ha venido denunciando que la gestión del Parque Natural «carece de una dirección coherente e implicada en la conservación del espacio protegido, ya que, sin ninguna duda, está plegada a los intereses cinegéticos que se marcan desde la Dirección de la Reserva Regional de Caza». La sociedad del siglo XXI demanda «cada vez más protección y sensibilidad de los poderes públicos hacia la protección del medio ambiente y de las especies, como el oso pardo, que se encuentran en peligro de extinción», aclararon.
Por ello, señalaron que esta tendencia «debe quedar reflejada también en los cargos de responsabilidad del Servicio Territorial de Medio Ambiente, por lo que es urgente un cambio de todos los responsables directos de haber llegado a esta situación y que esa nueva sensibilidad lleve a los nuevos a no autorizar cacerías en zonas con osos y, en definitiva, a no plegarse a los intereses cinegéticos velando por una verdadera gestión del Patrimonio Natural», apostillaron desde Ecologistas en Acción.
Oportunismo
Por su parte, el consejero de Fomento y Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León, Juan Carlos Suárez-Quiñones, criticó el «oportunismo demagógico de determinadas entidades ecologistas que no buscan el interés general, sino obtener polémica y aprovechar determinadas circunstancias para embarrar el debate ecologista», tras la muerte de una osa en una cacería autorizada en la Montaña Palentina. Aseguró que estas acciones «no les van a distraer de su camino, que es recto y claro».
Señaló que la postura de la Junta es «muy clara», ya que ha recogido la información necesaria, por parte del personal público, y se ha puesto en manos de la Fiscalía, además de personarse en el procedimiento penal que se abre para esclarecer los hechos y determinar las responsabilidades. Postura «más clara en la exigencia de responsabilidad no hay», añadió.
Suárez-Quiñones afirmó que las batidas de jabalíes son «imprescindibles en el medio rural, ya que hay una evidente sobrepoblación que pone en riesgo la salud del resto de animales y la humana». Y es que, recalcó que dicha sobrepoblación «ponen en peligro especies más débiles y vulnerables, así como otros hábitats».
«Parece mentira que los que se llaman conservacionistas se queden en una especie de ‘sketch’ para sus intereses no claros, pero no defiendan el conservacionismo, el cual es el equilibrio de todas las especies. Si ellos quieren que Castilla y León esté poblada de jabalíes que destruyan cultivos, flora y fauna, desde luego, no lo van a conseguir», apuntó.
De esa forma, aclaró que «se va a seguir trabajando, a través de la caza regulada y sostenible, para rebajar la población de esas especies silvestres sobrepobladas», ya que, en la zona palentina donde ha ocurrido el suceso de la muerte de la osa, por el «comportamiento individual de una persona que será valorado por la Justicia, siempre se han llevado a cabo batidas, y se seguirán haciendo por la consiguiente sobrepoblación de jabalí», recordó.
Además, subrayó que hay unos protocolos «estrictos» que tratan de determinar que en esas zonas oseras no haya problemas con el oso. El sistema de protección «es garantista, al trabajar de manera conjunta con Cantabria o Asturias y otras asociaciones para que esta especie tenga un estado favorable de protección y conservación», apostilló el consejero de Medio Ambiente.