[dropcap]O[/dropcap]riginal, generosa y solidaria es la ‘Operación kilo’ que ha organizado este año el colegio Calasanz de Salamanca, en la que se han involucrado alumnos, padres, profesores y establecimientos de la zona de influencia del centro
Cada año por estas fechas, el Departamento de Acción Social del Calasanz organizaba su tradicional ‘Operación kilo’, pero este año la pandemia a zarandeado todas las tradiciones que estaban asentadas. Eso sí, en la mente de los responsables del departamento no estaba la idea de suspender la acción solidaria, aunque se tendría que hacer de otra manera, porque no podían falllarles a las Hermanitas de los Pobres, la parroquia de San Pablo y el centro materno infantil Ave María en Santa Marta, organizaciones con las que colaboran en esta edición.
Comenzaron a plantear cómo sería e idearon una campaña para recaudar dinero. «Pensamos en cestas solidarias de 3, 5 y 8€ cada una. El alumnado podía elegir que cesta ‘compraba’. Recaudamos 2.565€. Ha sido todo un éxito», explica Martín Lavado, coordinador del Departamento de Acción Social del colegio Calasanz.
A este cantidad, hay que sumarle las colaboraciones aportadas por el AMPA, la de los internos del centro y la del profesorado. «Al final, hemos recaudado algo más de 3.000€», puntualiza Lavado.
Cuando idearon la campaña, además de la recaudación en efectivo, pensaron que sería interesante tener gestos microsolidarios con los pequeños establecimientos de la zona de influencia del colegio, como son la farmacia de Blanca Santos Alonso Burón, la pastelería Quintanilla, la pastelería Canalejas y la tienda de alimentación Al pan pan.
Preguntaron a las asociaciones qué necesitaban y le fueron indicando. Así, desde el centro materno infantil le solicitaron productos para los bebés, geles hidroalcohólicos, pañales o potitos. «El presupuesto que destinamos para los productos que adquirimos en la farmacia fue de unos 800€, la misma cantidad que en la tienda de alimentación. En las pastelerías, unos 500€», desglosa Martín Lavado.
Hablaron con los negocios, que han acogido muy bien la iniciativa del colegio, y les explicaron que serían los propios alumnos los que pasarían a hacer la compra. Dicho y hecho, este miércoles por la mañana, los estudiantes, acompañados de profesores, han estado en los establecimientos y han podido comprobar por ellos mismos dónde y en qué se ha invertido el dinero recaudado.
Aún queda una acción más. «A dos familias necesitadas de la parroquia de San Pablo, le haremos varias compras en una carnicería, no solo para ahora, también en enero. Además de llevarles cestas con arroz, aceite, pasta, turrones y dulces para que estas fechas», puntualiza Martín Lavado.
Gestos microsolidarios que contribuyen a hacer barrio.