Como si estuviéramos en una prolongación del verano los jóvenes, inasequibles al desaliento, volvieron a poblar las terrazas este jueves por la noche.
Bajaba la niebla y había tres grados pasadas las 21 horas, pero una sensación térmica aún inferior, pero la chiquillería daba cuenta de sus bebidas frías y sus raciones, en su caso, ateridos de frío.
En las terrazas de la zona centro apuraban el tiempo antes del toque de queda y ajenos al mundo, en su burbuja congelada.