La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) prevé invierno «más cálido y seco de lo normal» en Castilla y León tras un otoño marcada por un noviembre que fue el tercer más caluroso desde 1971, con 2,1 grados por encima de la media. De esta manera, la nueva estación, que se estrena el próximo lunes 21 de diciembre a las 11.02 horas, seguirá, previsiblemente, la tendencia experimentada entre septiembre y noviembre, aunque finalmente el otoño en la Comunidad fue húmedo, con una precipitación acumulada en los observatorios principales y las capitales del provincia que fue de 139 litros por metro cuadrado frente a los 144 litros de media en el periodo de referencia entre 1981 y 2010.
Ical.- El delegado territorial de la Aemet, Juan Pablo Álvarez, subrayó este viernes que el otoño (entre el 1 de septiembre y el 30 de noviembre) se caracterizó por numerosos episodios de inestabilidad y sucesivos pasos de frentes asociados a bajas presiones, con algunas borrascas profundas que dejaron un número de días de precipitación ligeramente superior a la media y un volumen de agua similar a su valor medio.
En cuanto a las temperaturas, sufrieron «importantes» oscilaciones a lo largo del trimestre y aunque el balance global deja una anomalía positiva (13,1 grados de media, lo que supone 0,7 más que entre 1981 y 2010), también se registraron valores «significativamente» por debajo de lo normal. Destacó, en concreto, el escaso número de heladas con solo siete días frente a las 13 jornadas habituales de este fenómeno por estas fechas.
Acompañado del delegado del Gobierno en Castilla y León, Javier Izquierdo, el responsable autonómico de la Aemet puso el acento en el mes pasado, ya que no solo fue el más cálido, con diferencia, del trimestre otoñal sino que fue el tercer mes más caluroso desde 1971, solo superado por los de los años 1983 y 2006. «Noviembre ha sido clave para dar el carácter cálido del otoño en Castilla y León», aseveró. Incidió, por ejemplo, en los 24,4 grados contabilizados en la estación de Sotillo de la Adrada (Ávila) el 19 de noviembre. Eso sí, reconoció que también hubo «importantes oscilaciones» ya que cuatro días después (23 de noviembre), Espejo de Tera (Soria) tuvo una mínima de -6,1 grados.
No en vano, recordó, según recogió la Agencia Ical, que septiembre fue normal o ligeramente cálido, con una anomalía positiva en torno a 0,3 grados respecto a su promedio. En cambio, octubre fue frío o muy frío (sobre todo en el sureste y noroeste), con un grado por debajo de la la media del mes. Además, fue el primer mes del 2020 en el que las temperaturas se situaron, de manera global, por debajo de lo habitual y el único octubre con registros por debajo de lo normal desde 2010.
En cuanto a las precipitaciones, el trimestre otoñal se cerró con un promedio de 28 días de lluvia apreciable, en los que se recogieron entre 138 y 241 litros litros por metro cuadrado (frente a los 150 y 282 litros del mismo periodo del año pasado). De ahí que la Aemet considere este periodo como «normal» o «húmedo», aunque llegó a ser «muy húmedo» en zonas del sur (Sistema Central de Salamanca y Ávila) mientras en áreas del noroeste (provincia de Burgos) y del extremo este ha sido «seco».
Por lo tanto, el balance hidrológico en Castilla y León durante el otoño, hasta finales de noviembre, estaba 11 puntos por debajo de la media, aunque las lluvias caídas el 13 de diciembre lo rebajan solo a nueve.
Un otoño que Álvarez pronosticó continuará hasta el día de Nochebuena, ya que se esperan temperaturas suaves, motivadas por el paso de los frentes que traerán lluvias el sábado y lunes. El invierno, por lo tanto, se retrasará unos días ya que a partir del 24 de diciembre entrará un frente y una masa fría del norte, por lo que podría caer algo de nieve en las montañas del norte de la Comunidad y caída de las temperaturas.
La Aemet valora dos escenarios para el inicio del año en Castilla y León, ya que podría haber más frentes que rozasen la Comunidad con precipitaciones de lluvia y nieve en el norte pero también la entrada de un anticiclón por el nordeste, que traería una situación de frío seco y nieblas.
Segundo año más caluroso desde 1951
Juan Pablo Álvarez también aprovechó la rueda de prensa del resumen climático del otoño para hacer un balance provisional del año 2020 en la Comunidad, con la segunda temperatura media más alta desde 1951, solo superado por 2017. En cuanto al promedio de la temperatura mínima, se ha registrado el valor más alto desde 1951, aunque muy cerca del ejercicio de 1997, por lo que la entrada de aire frío a partir de Nochebuena podría situarlo en segundo lugar. La buena noticia es que la precipitación acumulada media en Castilla y León hasta el 13 diciembre ha sido de 420 litros, lo que equivale al 96 por ciento de la media entre 1981 y 2010.
El delegado del Gobierno destacó el papel importante que juegan algunos servicios del Estado como la Aemet, al ser claves para garantizar la seguridad de la ciudadanía. No en vano, precisó que es una «pieza fundamental» en los protocolos de vialidad invernal, ya que es el encargado de poner en marcha todo el sistema de protección civil y tener las carreteras despejadas, sin olvidar los incendios en los veranos o el deshielo que provoca el aumento de los caudales de los ríos.
Por último, se refirió al Consejo de Ministros de Medio Ambiente celebrado ayer en Bruselas, que marcó como nuevo objetivo de la reducción de emisiones de la Unión Europea a 2030 hasta, al menos, un 55 por ciento.