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Copasa: 70 años de historia con mucho futuro

La cooperativa de Salamanca intenta marcar el camino a sus socios y adelantarse a los retos del futuro
Víctor Rodríguez Copasa
Víctor Rodríguez, gerente de Copasa (Fotos: Ch. D.)

Hablar de Copasa es hacerlo de toda una institución en el campo salmantino y castellano y leonés

El crecimiento de la cooperativa ha sido exponencial, igual que la confianza y el volumen de pienso y de facturación; pero también, y no menos importante, el hecho de generar empleo directo e indirecto dentro de un sector que es la base tal y como lo conocemos hoy.

Muchas veces denostado, el campo es vital para nuestra existencia… ¿alguien se imagina no tener alimentos? ¿Podemos llegar a calibrar lo que supondría un parón en la producción por parte de los agricultores y ganaderos? Seguramente no…

Precisamente para ayudar al sector y que se valore todo lo que produce está una de las cooperativas más importantes de la comunidad, como es Copasa, con 70 años de historia a sus espaldas.

En 1951, comenzó esta ‘aventura’ cuando un grupo de avicultores (de gallinas de puesta) “se unieron para comprar materia prima, para importarla porque no se producía mucho. Había unos cupos que se traían en barco en relación con la cantidad de animales existentes; todo se inició de este modo…”.

Así lo recuerda el gerente de Copasa, Víctor Rodríguez, quien indica que posteriormente, “la cooperativa comenzó a fabricar piensos, distribuir materia prima y comercializar huevos, pero en Salamanca, la avicultura desapreció a finales de los 60; por eso, entraron con más fuerza los sectores del porcino y vacuno. A principios de los 70, se construyó la nave donde estamos ahora, la primera fábrica, que era muy distinta a lo que hay hoy, la fábrica 1. Ahí empezó todo hasta que en 2014, hicimos tope de producción y pensamos que había que hacer algo para crecer”.

Copasa

El crecimiento en volumen y en facturación llevó a Copasa a construir una segunda fábrica en su actual emplazamiento, algo que no fue fácil y que encaminó a la cooperativa a unas obras que se prolongaron durante dos años (de 2016 a 2018). “Desde julio de 2018 funcionamos con las dos fábricas y tenemos una nava que vamos a reformar, para almacenar el pienso, además de todas las oficinas de atención, servicio y otros trámites”, señala Rodríguez.

La evolución de la cooperativa ha sido lenta en algunas fases por una vida tan larga, “pero en los últimos años se ha despegado en actividad, volumen de negocio, trabajadores… esto nos ha llevado a buscar acuerdos con la industria”. En 2017, Copasa firmó un acuerdo con una importante integradora de porcino ibérico que le permitió desarrollar nuevos proyectos a través de los socios con cebaderos de ibérico en integración.

“El ganadero es el que pone la instalación y el cuidado de los animales, y el integrador incorpora los animales, el pienso, los servicios veterinarios, los medicamentos… y se lleva la producción, pagándole al ganadero un canon establecido”, recuerda al gerente de Copasa. También hay intención de llevar a cabo esta iniciativa en el vacuno y en la avicultura.

Otro proyecto que ya maneja Copasa ha sido la adquisición en 2020 de una nueva fábrica para hacer piensos distintos a lo que se hace en la actualidad, ubicada entre Santa Marta y Nuevo Naharros, la antigua Salmantina de Piensos.

“Queremos hacer piensos diferentes, sin ningún tipo de medicamentos, incluso tendiendo a un pienso ecológico, aunque la decisión no está aún tomada. Pero por ahí van a ir los tiros con pienso de menos impacto ambiental en línea con la sociedad actual”, explica Rodríguez. La intención es que está lista para producir en el segundo trimestre de 2021, porque la “cooperativa debe ir por delante y mostrarle el nuevo camino al ganadero tradicional y acompañarlo con los deberes hechos”.

Devolver la importancia a otros tipos de carne

Copasa también trabaja en ‘recuperar’ otro tipo de carne como es la del pavo, “muy escaso en España hace 10-15 años; hoy existen en cualquier lineal de España multitud de cortes y preparaciones, con una carne que está de moda y nuestro país es una potencia en pavo, como en porcino y vacuno. Uno de los secretos de España, que compra casi el 70% de la materia prima que transforma, es eficaz en este apartado, porque está en la última tecnología y hay profesional cualificado; podemos competir con otros países de Europa con una mayor capacidad de producción”.

Copasa

Sector de la avicultura

“La avicultura desapareció en su momento, pero entendemos que es una alternativa; muchas firmas están poniendo sus ojos en Castilla y León, porque es la despensa de España, y con esta potente agricultura es muy complementaria a una ganadería intensiva y extensiva, cabe todo. Hay poca contaminación en esta zona y la agricultura permite transformar el residuo que deja la ganadería en forma de fertilizante; hablamos, así, de una economía circular real, siendo más económico y positivo para todos”, explica el gerente de Copasa.

Por ello, la capacidad de Castilla y león existe y hay muchas empresas o grupos importantes con ganas de hacer cosas en la región; “en concreto, en Salamanca hay una gran apuesta y Copasa debe estar ahí. La producción tiene que ir de la mano de la industria, de la integración o del consumidor final y normalizar todo; otros países van más adelantados y se concentra la producción”, recuerda.

Nuevos proyectos

En 2018, se creó la sociedad Agropecuaria Copasa para desarrollar la producción directa para el ibérico en rejilla y en suelo de paja y “tener una escuela donde el ganadero que quiera desarrollar un proyecto nuevo pueda aprender y saber qué significa. Incluso acogernos a una formación dual para explotaciones ganaderas; es algo que está muy verde, pero por ahí van las cosas. La mano de obra para el campo es muy escasa y la formación reglada queda un poco coja y la práctica y la teoría deben ir de la mano, trabajando en una granja”, explica el gerente de Copasa.

Todo ello se llevaría a cabo en un cebadero de 5.000 plazas en la localidad de El Arco y en unos meses estará ya terminada. Ahí se instalará un sistema de separación de tratamiento de residuos, intentado molestar lo menos posible al entorno natural.

Hay cuatro normativas en el ibérico, algo muy reglado y no es fácil llegar ahí. “Por eso, queremos dar un paso más, buscando la conciliación de la vida en el pueblo sin tener malos olores ni contaminación, con un negocio que puede ser molesto, pero con todo correcto. Queremos ser bien recibidos en el entorno. Ésta es una de las explotaciones, pero habrá más y la cooperativa quiere coordinar todo y desarrollar un proyecto propio como granja-escuela por denominarlo de alguna manera. Buscamos la conciliación de un negocio muy regulado con una convivencia en el pueblo y todos los movimientos contrarios que han surgido tienen sus razones y lo que hay que hacer es darles otros argumentos demostrando que se puede hacer; y la Consejería debe implicarse ahí”.

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Crecimiento exponencial de la cooperativa

A raíz del estreno de la nueva fábrica en 2018, «se nos abrió una gran capacidad de producción; 2019 fue muy bueno con un 22% de crecimiento en producción y facturación, y en 2020 caminábamos con una expectativa del 15%, pero con la pandemia todo se vino abajo y hubo que repensar las cosas. La producción de ibérico se detuvo y hubo un poco de caos; pero a raíz de retomar la normalidad y superar el primer semestre, todo fue bien. Nosotros hemos trabajado siempre y recuperamos la senda de crecimiento, cerrando 2020 con un crecimiento del 17% en producción y la facturación, con 32 millones de euros. De pienso, nos hemos ido a 112.000 toneladas», analiza Víctor Rodríguez.

La cooperativa ha renovado su plan de trabajo y ha seguido trazando el camino y «la senda de crecimiento debe ser una realidad, aunque el objetivo sea un poco más modesto, en torno al 10%».

En cuanto a la cifra de socios, Copasa cuenta con algo más de 800 en activo, creciendo mucho en el segundo semestre del año 2020. «Hemos contratado a una persona como comercial y dar a conocer la cooperativa a partir de mayo y se está notando bastante, es nuestra labor».

Generando empleo

«Es un aspecto muy importante. La evolución, tal y como está el mercado de trabajo, es fundamental. No me gusta presumir de las cosas, pero esto hay que destacarlo; estoy muy orgulloso de tener 40 familias que viven de la cooperativa directamente; éramos 15 antes de estrenar la fábrica nueva. Hay estabilidad y la persona que entra joven tiene un recorrido e intento que todos estemos cómodos», reconoce el gerente de Copasa.

(Puedes ver las imágenes de las instalaciones de Copasa en la capital)

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