La consejera de Sanidad, Verónica Casado, aseguró este jueves que los hospitales de Castilla y León aún tienen “colchón” para poder subsistir y no colapsar, aunque alertó de que si se sigue al actual ritmo de contagios, se podría alcanzar una situación “complicada y muy grave”.
Ical/LCS.- Así lo dijo Casado en su comparecencia a la finalización del Consejo de Gobierno, donde aseveró que no se alcanzará la situación de colapso “en tiempo”.
No obstante, la incidencia acumulada «está desbocada» y que en algunas provincias ya «empezamos a no poder tratar otras enfermedades que también matan», según dijo después el vicepresidente Igea.
Aunque trasladó su preocupación por la cobertura de las plazas de UCI, reconoció que las UCI extendidas “todavía se pueden extender más”, al tiempo que confió en que la situación epidemiológica que se vive en la Comunidad pueda mejorar en los próximos días una vez que hagan efecto las medidas restrictivas que se están adoptando.
Casado puntualizó que el colapso hospitalario se registra cuando se llega “casi a la parálisis” y las unidades de críticos acumulan más de 500 personas. “Intentamos evitar el colapso de todas las maneras posibles”, bien sea mediante la reorganización de los centros hospitalarios y también a través de los planes de contingencia existentes.
De cualquier forma, la consejera insistió en que se detecta “de manera significativa” el aumento en el ritmo de los ingresos hospitalarios como evidencian las cifras. Mientras que el martes eran 1.277 los pacientes ingresados en los hospitales de Castilla y León (1.099 en planta y 178 en unidades de críticos), en apenas 48 horas estas cifras han aumentado hasta los 1.550 pacientes por COVID ingresados, es decir, 273 más, de los que 1.343 están en planta y 207 en unidades extendidas de críticos, de los que el 82 por ciento están intubados.
Casado reconoció que, en el caso de tener que proceder a la extensión de las UCI habría “parte de la actividad que tendríamos que dejar de hacer”, algo que no contempla el Gobierno autonómico que pretende “tenerlo lo mejor organizado posible”. “En los hospitales empezamos a no poder tratar y operar el resto de enfermedades que también producen mortalidad”, apostilló el vicepresidente y portavoz de la Junta, Francisco Igea, quien se refirió a una incidencia “desbocada” en Castilla y León aunque se está “controlando” el ritmo de crecimiento de la pandemia porque “ya no crecemos igual que hace una semana”.
En otro orden de cosas, Casado trasladó su preocupación también por la “sobresaturación” en la Atención Primaria, lo que impide que pueda llevar a cabo actuaciones preventivas “al ritmo que lo hacía antes” lo que pueda demorar la detección de otras enfermedades de gravedad. Por ello, la consejera abogó por “normalizar lo más posible” la situación e intentar que los datos de esta tercera ola disminuyan rápidamente.
Aunque los datos de contagios de este jueves volvieron a rozar los 3.000 en la Comunidad, Casado aludió al “indicio” de que la “pared” de casos nuevos “se tumbe un poco” y confió en que en los próximos días se produzca “un descenso” como consecuencia del efecto de las medidas restrictivas adoptadas la semana pasada.