El coleccionista Hans Rudolf Gerstenmaier ha fallecido en la madrugada del viernes 29 de enero en Madrid d ebido a complicaciones derivadas de la Covid-19
Su muerte es una gran pérdida para el mundo del arte y del coleccionismo, pasión a la que dedicó gran parte de su vida y que, junto a su generosa labor como mecenas, ha supuesto la mejora de los fondos de instituciones tan destacadas como el Museo del Prado, a quien donó una docena de valiosas pinturas, y ha hecho posible la divulgación y exposición de destacadas muestras, como “De Rubens a Van Dyck. La pintura flamenca en la Colección Gerstenmaier” exhibida en el Museo Art Nouveau y Art Déco – Casa Lis de Salamanca entre enero de 2020 y 2021.
Pedro Pérez Castro, director de la Casa Lis, lamenta profundamente la pérdida de Rodolfo Gerstenmaier, “destacado coleccionista, generoso mecenas y amigo de la ciudad de Salamanca y del Museo Casa Lis, lugar al que profesaba su afecto y donde pudimos disfrutar hasta hace tan solo un mes una exposición única sobre pintura flamenca. Tal era su generosidad y cariño hacia esta ciudad y nuestro Museo, que se inició gestiones para que su colección completa se quedase en Salamanca».
Como afirma la comisaria Marisa Oropesa en el catálogo de esta exposición exhibida en la Casa Lis, “desde que Rodolfo Gerstenmaier llegó a España, han pasado décadas y durante todos estos años una de sus aficiones en la vida ha sido crear una colección de arte única.
Aunque todo surgiera de una forma natural, lo cierto es que este alemán se sorprende a sus ochenta y cinco años de todo lo que ha alcanzado. Su tenacidad y constancia le han h echo convertirse en uno de los coleccionistas más importantes de nuestro país.
Su donación al Museo del Prado muestra la generosidad de este coleccionista (…) Siempre ha estado dispuesto a mostrar sus colecciones en Distintas ciudades del mundo como París, México o Santiago de Chile”.
En relación con ello, Rodolfo Gerstenmaier decía que “el coleccionismo es algo innato” y que su vida en España, donde ha residido más de cuarenta años, supuso para él el vínculo definitivo con su pasión por coleccionar.
Según el doctor en Historia del Arte Matías Díaz Padrón, “ha vivido en España en el tiempo más amplio de su vida, asumiendo el alma y la savia de esta tierra desde su juventud. Hay mucho de agradecimiento por lo que piensa que debe, en esta desprendida inclinación de compartir la complaciente belleza de su colección con la sociedad que le ha acogido».