Dani Garrido: “Larrazabal me habló muy bien de la plantilla del Salamanca y de su compromiso”

El periodista vasco repasa su carrera, la pandemia y cuenta cómo ve el deporte en la provincia de Salamanca
Dani Garrido
(Foto: Movistar)

Vasco de nacimiento, pero con raíces zamoranas y extremeñas, tiene a la radio como gran compañera de viaje en su día a día, que se ha convertido en su gran aliada.

Dirige y presenta ‘Carrusel Deportivo’ en la cadena SER, en un momento complicado en el que el deporte no es lo más importante, pero sí ayuda a evadirse de la dura realidad, igual que la radio como medio de entretenimiento e información.

Dani Garrido (05-10-1978) ha cogido el testigo del siempre recordado Michael Robinson con ‘Informe+’, en un programa en el que, según él, falta “el maestro, el ADN”, figura eterna.

En el plano personal, recuerda su infancia en Cañizal, pueblo zamorano a solo 30 kilómetros de una Salamanca a la que guarda gran cariño porque era toda “una aventura” visitarla; ahora, con la pandemia (como todos) ha perdido el “bullicio y su sonrisa”, pero cuando todo esto termine seguro que vuelve a sonar con fuerza.

También deja algunas pinceladas sobre el deporte en la provincia de Salamanca, con apuntes más que interesantes. No es lo mismo leerlo que escucharlo por lo característico de su voz; échenle imaginación…

Esta profesión ha tenido que transformarse en muchos casos por la Covid-19. ¿Cómo te adaptaste a esta nueva realidad?

Desde mi perspectiva en ‘Carrusel Deportivo’, la situación cambió mucho y el confinamiento hizo que mucha gente del mundo de la radio trabajase desde su casa con las condiciones técnicas necesarias para poder hacer un producto de calidad; pero, sin duda, se trata de algo nimio con todo lo que vivimos entonces. Todo tuvo que parar y le dimos una vuelta al programa para dedicarnos a los valores más elementales, como son entretener y pasarlo bien, apartar del foco el monotema. Por eso, surgió entre marzo y junio la nueva forma de hacer radio siendo los oyentes el hilo conductor, hablando de cine, cocina… logramos que la gente se evadiera un poco de todo.

Nos han vendido una nueva normalidad, ¿es así?

No veo ninguna normalidad porque creo que la situación sigue siendo igual de grave o más en muchos sitios. Yo soy vasco y ahora es cuando más gente está muriendo; hay mucha laxitud en la sociedad y no hemos aprendido lo necesario. Por eso, veo una falsa normalidad y aún nos queda mucho para poder acercarnos a lo que éramos antes.

Quién es más ‘culpable’, ¿los políticos o la sociedad?

Yo no soy quién para emitir un juicio así, pero sí repito lo de antes: ha habido laxitud por todas las partes y en todos los ámbitos de la vida. Creo que muchas situaciones se podrían haber gestionado mejor y me hubiese gustado ver que hemos aprendido de lo que nos pasó entre marzo y junio, pero no ha sido así.

¿Crees que la imagen del periodista se ha reforzado o desprestigiado con esta grave crisis?

No creo que la sociedad tenga al periodista en poca estima; tampoco somos los más valorados, claro está. Pero esta pandemia ha hecho que el periodismo sea algo realmente necesario y la gente ha acudido más a nosotros. En lo que se refiere a la cadena SER, creo que hemos sido una radio de entretenimiento, información y periodismo, y creo que se ha visto favorecida por todo y por dar a conocer cómo están las cosas. Igual hay que preguntar a la gente qué piensa sobre los periodistas, pero nunca he tenido la sensación de que no se nos haya tratado bien.

¿Ha sido el deporte una vía de escape para muchas personas en esta pandemia?

Considero que el deporte en general, y el fútbol en particular, no te solucionan nada, no hacen que tu vida sea mejor ni que olvides una pérdida o una situación traumática. Pero sí pueden darte una alegría y permitirte alejarte del foco y tener horas de distracción; no hay ninguna fórmula mágica para esto.

¿Eres un periodista de radio que también hace televisión?

Estoy muy agradecido a cualquiera que crea que puedo valer para la televisión, pero soy un hombre de radio. Entré con 20 años y ahora tengo 42; no sé si lo hago bien o mal, pero lo que sé es que agradezco siempre la confianza que me dan. La televisión es una puerta abierta con la que estoy muy ilusionado, aunque soy un periodista de radio.

Has cogido el testigo de Michael Robinson en Movistar con ‘Informe+’; ¿qué supone este proyecto?

Para mí es una responsabilidad muy grande porque admiraba mucho la figura de Michael Robinson (fallecido en abril de 2020) y cuando hablaba con él siempre me daba consejos para mi carrera; considero que esa admiración hace que la responsabilidad sea aún mayor y sé que nunca llegaré al techo que alcanzó, cómo trataba las cosas. Es otra etapa distinta porque falta el profesor, el maestro, el ADN… dejó un legado imborrable con un gran grupo de profesionales. Yo soy el último en llegar y el menos importante y solo quiero ayudar.

¿Qué opinión te merece el deporte de Salamanca?

Gracias a ‘Carrusel Deportivo’ conozco, no en profundidad, claro, los proyectos del Salamanca y de Unionistas. Tenemos como comentarista a Larrazabal y por eso conozco un poco más la historia y lo que vivió él; también conocemos cómo está Perfumerías Avenida, un equipo de baloncesto muy dominador y al que deberíamos prestar más atención. Me gustaría que los proyectos sólidos pudiesen ascender, pero hay que darles tiempo.

Quequé ejerce de ‘unionista’ siempre…

Sí, sí… siempre habla de su historia, por cómo se creó, el tirón del ‘pueblo’… yo no entro en temas de rivalidades porque sería un sacrilegio que yo entrase a valorar a ambos clubes. Cualquier proyecto es respetable, pero en el caso de Unionistas se dio mucho más a conocer con esa eliminatoria de la Copa del Rey contra el Real Madrid, con ese gol de Romero; el equipo dio la cara y respondió.

¿Se puede desvelar algo de lo que has hablado con Larrazabal sobre el Salamanca?

He hablado en privado sobre la etapa de Larrazabal en el Salamanca y eso queda entre nosotros. Me contó lo que le pareció la experiencia y que el proyecto no le salió bien y no respondió a sus exigencias. Aitor es un hombre con unos valores muy marcados y no estuvo del todo satisfecho en el club, pero me habló muy bien de la plantilla y del compromiso de la gente. También sobre cómo se sintió de bien tratado en la ciudad.

También está el Guijuelo, un histórico de Segunda B…

No sé mucho sobre la historia del Guijuelo, pero sí que es un equipo mítico de esa categoría, que ha vivido grandes momentos, además de ser un club muy serio. Pero no conozco mucho más para poder hacer un análisis más profundo.

Su familia materna es de Cañizal, pueblo zamorano a 30 km de Salamanca. ¿Venía mucho cuando era más joven?

Salamanca es fantástica y esté llena de alegría; ahora con la pandemia, probablemente se ha perdido esa felicidad, esas risas. Se trata de una ciudad cosmopolita, atractiva gracias a la Universidad, que respira cultura y juventud. Recuerdo mucho cuando era niño el bullicio de la ciudad, su gastronomía, su cultura y todo lo que te ofrece. Cuando iba en verano al pueblo (Cañizal), la mayor aventura era venir a Salamanca, una de las ciudades más bonitas de España.

También tiene raíces extremeñas…

Yo soy vasco, de Guipuzkoa y viví allí hasta los 18 años, cuando fui a Bilbao a estudiar. Mis padres murieron hace mucho tiempo (mi padre en el 94 y mi madre en 2015) y eso hace que uno se acerque más a sus raíces. Tengo cariño a Cañizal, pero también a la zona de La Vera en Extremadura, a Losar de la Vera en Cáceres. Siempre que puedo voy a Extremadura, más que a Zamora porque siempre me gusta recordar dónde fui feliz.

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