Hablando en plata, a veces la vida es muy puñetera; te da una gran oportunidad, y al mismo tiempo, te la puede arrebatar.
Algo parecido es lo que les ha ocurrido a los hermanos Montes en el CD Guijuelo; llegaron al club tras la inesperada no renovación de Ángel Sánchez, con la ilusión y el trabajo como premisa de su filosofía, pero no han podido plasmar todo eso en resultados.
La era de los hermanos Montes terminó de la manera menos deseada, pero… Jacobo y Marcos Montes han dejado un buen recuerdo en el club ‘verde’ por sus ganas de trabajar y su transparencia y calidad como personas; y de eso el fútbol actual no va muy sobrado.
Y es que, si algo sí tiene el fútbol, es que casi siempre ofrece una segunda oportunidad, una nueva vida… Y ésta tiene nombre y apellido: Chuchi Jorqués.
El ex jugador de fútbol palentino, con más de 360 partidos en Segunda B, play offs de ascenso a Segunda y Segunda B es un ‘enfermo’ del fútbol, metódico en su procedimiento, que lleva la responsabilidad y la autoexigencia hasta el límite.
En la rueda de prensa de presentación, ‘el profesor’ fue muy claro y prometió trabajo, exigencia, garra y fútbol, además de luchar “desde el minuto 1 hasta el 93” y tener que “morir por este escudo y su camiseta”. A este Guijuelo le hace falta una reacción, un ‘reseteo’ total para afrontar todo lo que les espera en un mes de febrero en el que tendrá que correr una maratón.
Quizá haya quien piense que el Guijuelo se ha equivocado con la elección Chuchi Jorqués por su falta de experiencia, está en su derecho. Pero si por algo se caracteriza este club es por dar oportunidades a gente muy válida y atreverse a apostar por aquellos por los que nadie se la juega: Imanol Idiakez, Rubén de la Barrera, Fernando Estévez, Jordi Fabregat, Ángel Sánchez… lista a la que hay que sumar decenas de jugadores. Y las apuestas han salido casi siempre bien.
Además de su preparación, su estudio de los rivales, su análisis de los entrenamientos, su experiencia en un vestuario, en lidiar con jugadores… está su amor por el fútbol y su lucha por un sueño: sentarse en un banquillo de Segunda B para poder demostrar que puede hacer carrera en esto del fútbol; y lo ha logrado a los 42 años, dos después de su retirada de los terrenos de juego.
Podrá salir bien, mal o regular, influyen muchos factores; pero el reto del Guijuelo está en las mejores manos posibles. Dudo que haya alguien que sienta el club como Chuchi Jorqués y que haya luchado tanto por perseguir este momento; además, un jugador que ha llevado el ‘10’ en la espalda siempre tiene algo especial. La segunda ‘vida’ del Guijuelo…