El vicepresidente de la Junta, Francisco Igea, ha sido, junto a la consejera de Sanidad, Verónica Casado, quien se ha echado encima la gestión de la pandemia en Castila y León, al menos de cara a la opinión pública Algo que le ha convertido en centro de todas las críticas y ataques desde distintos colectivos afectados por las restricciones y de la oposición. por no mencionar a los tuiteros, que cada día ofrecen su ración de odio.
Este jueves le preguntaron que si no estaba cansado de ser el pin, pan, pun y contestó que sí. «Estoy cansado, pero no me puedo permitir cambiar de actitud ni cansarme, ni relajar el trabajo. Es lo que nos toca y hay que seguir y seguiremos hasta que esto se acabe intentando que nuestros ciudadanos sufran lo menos posible y se pierda el menor número de vidas, porque es nuestra obligación. En esta vida me han enseñado que que por encima de cualquier cosa está cumplir con mi obligación», dijo.
Dicho lo cual despachó cumplidamente a los últimos que le lanzaron sus dardos. El primero fue su antecesor, otrora vicepresidente con Juan Vicente Herrera, José Antonio de Santiago Juárez, que esta semana echó en falta autocrítica en el actual ejecutivo regional, le dijo la sartén al cazo.
Igea respondió este hueves diciendo que recibió como un “fenomenal consejo” la demanda de autocrítica que lanzó a través de ‘Twitter’ el exvicepresidente y concejal del PP en el Ayuntamiento de Valladolid, José Antonio de Santiago-Juárez. No obstante, aseguró que es aplicable a todos los ámbitos, también a la labor de oposición “si tal cosa existe” en el Consistorio de la ciudad.
“Yo no puedo sino estar de acuerdo con él”, dijo sobre la demanda de autocrítica, que a su juicio se la deben aplicar todos los presidentes y expresidentes, los vicepresidentes y exvicepresidentes. Además, aseguró que están “muy contentos” y añadió que cada día analizan la utilidad de las medidas que se adoptan frente al COVID-19.
Precisamente, el vicepresidente insistió en que haría autocrítica siguiendo los números, como los referidos al exceso de mortalidad, que situó en un 24 por ciento, lo que se traduce en diez fallecimientos más al día, y no en relación a un ‘tuit’ del exvicepresidente y concejal del PP en el Ayuntamiento de Valladolid, José Antonio de Santiago-Juárez.
“Yo no tengo ningún problema en pedir disculpas”, reiteró si pensase que han actuado anteponiendo cualquier otra cosa por delante de la vida de los ciudadanos de la Comunidad. Insistió en que los gobernantes lo que hacen es tomar decisiones, frente a los “comentaristas” de “todos los colores” que están apoyados en una barra.
A lo largo dela rueda de prensa también salieron a relucir las quejas del arzobispo de Valladolid, Ricardo Blázquez, quien dijo sentirse discriminado por la Junta al fijar la hora de cierre de las iglesias a las 20 horas y tener limitado el aforo a 25 personas (desde el sábado será un terco de cada templo). “No está ni en la Biblia, ni en el Nuevo Testamento decir amén a lo que diga un cardenal”, dijo Igea, si bien le trasladó “todo el respeto del mundo” al expresidente de la Conferencia Episcopal.
Igea diferenció entre la jerarquía eclesiástica y el mensaje evangélico, algo que aseguró lo lleva a proteger la vida del resto de “hermanos”. “No hay diferencia, somos todos miembros de la Iglesia”, sentenció.
Asimismo, aclaró que se mantiene el cierre a las 20 horas de las iglesias, tras la entrada en vigor de la limitación horaria de las actividades no esenciales, y anunció que se elimina el número máximo de 25 personas en el aforo de los lugares de culto.
En ese sentido, Francisco Igea rechazó que esta última decisión responda las críticas recibidas o se trata de una rectificación, puesto recordó que él era partidario de haber cerrado al completo las iglesias, si bien reconoció que esto no lo permitía el decreto del estado de alarma.
No obstante, el vicepresidente reconoció que las críticas le “duelen especialmente” tanto a él, como al presidente de la Comunidad, por ser dos personas creyentes y recordó que el Evangelio dice que donde están reunidas dos o tres personas en nombre de Dios está también presente, por lo que restó importancia al aforo de los lugares de culto. Además, aseguró que cree en la importancia del mensaje evangélico y no en el mensajero, puesto que a su juicio la “mejor de las cartas” la puede transmitir un “mensajero andrajoso”.
Finalmente, Francisco Igea agradeció en nombre de la Junta el trabajo de la Iglesia católica.