El martes el inicio del toque de queda volvió a las 22 horas tras la decisión del Supremo de anular su adelanto a las ocho de la tarde. El cierre de los bares, no obstante, siguió fijado a las 20 horas.
No se han aflojado las restricciones, pero los salmantinos han decidido desescalar por su cuenta (muchos llevan casi un año desescalando, como si nada) y que le den al virus, porque no ha habido un estudio sobre las vías de contagio del virus que no haga una mención especial a la idoneidad de amontonarse en las terrazas toda la tarde a ver qué pasa. Y que las vacunas que ponen a otros nos inmunizan a todos.
Viendo estas escenas no es difícil que la cuarta ola llegue más pronto que tarde. Como si no hubiéramos tenido bastante.