La vigilancia policial y las medidas para que se cumpla la normativa en el mercado de ganado de Salamanca han durado demasiado poco.
¿Una, dos semanas…? La Diputación de Salamanca tiene un gran problema con esta actividad, contra la que parece no querer luchar, porque este 22 de febrero ha vuelto la huelga de mascarillas bajadas.
Ver imágenes de profesionales del sector sin mascarilla o colocada de un modo incorrecto es algo habitual, así como fumando, algo que está prohibido en este recinto desde muchos años antes del inicio de la pandemia de la Covid-19.
La vigilancia policial parece ser muy insuficiente para poder controlar todo este caos existente, que puede tener consecuencias muy negativas para la salud humana, ya que Salamanca es una de las provincias más castigadas por el virus.
Los vigilantes de seguridad del recinto ferial no tienen capacidad sancionadora y sus funciones llegan solo a persuadir a los que incumplen de manera reiterada la normativa, algo que les ha costado más de un enfrentamiento, cuando hay otros mecanismos para poder cumplir la ley.
Una nueva muestra de la huelga de mascarillas bajadas es ésta…
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