“El cambio más importante es que se va a suprimir el aprovechamiento cinegético, y se va a establecer un régimen común en todo el territorio” dijo la vicepresidenta cuarta del Gobierno, Teresa Ribera, en defensa de la decisión de proteger la especie del lobo ibérico en el conjunto del país. Así defendió Ribera la decisión en su comparecencia a petición propia en el Senado, que realizó en una sesión inédita este jueves junto al ministro de Agricultura, Luis Planas.
Ical.- Teresa Ribera aseguró que la inclusión del lobo en el listado de especies protegidas puede ser “una oportunidad para mejorar la cohabitación con la ganadería extensiva”, ya que permitirá que los ganaderos percibir “indemnizaciones más justas” por la pérdida de cabezas. También se podrán obtener resultados más precisos y transparentes sobre la evolución de la especie en los distintos territorios y su impacto en las explotaciones.
En este punto, la responsable de la estrategia nacional para el Reto Demográfico instó a “que abandonemos debates estériles y trabajemos todos juntos” en la mejora de la cohabitación entre el lobo y la ganadería extensiva en aquellas comunidades en las que esta especie está presente, al estar ante una subespecie “propia y exclusiva de la península ibérica”.
“La gestión del lobo no es un asunto de todo o nada, sino de cómo corregir una realidad que no acaba de funcionar bien del todo, ni para ganaderos, ni para el lobo, ni para las administraciones responsables de velar por unos y por otros” dijo Ribera ante los senadores que acudieron a la sesión en el hemiciclo de la Cámara Alta, donde la vicepresidenta exhortó a plantearse “cómo fortalecer una coexistencia eficaz y justa que debe ser predecible para las instituciones”.
También incidió en que “el lobo está en un estado de conservación desfavorable en España”, donde se da una “desigualdad” en el trato a la especie al norte y al sur del Duero, lo que “da lugar a diferencias importantes de tratamiento”. “La ausencia de un marco estatal común genera dificultades en la gestión de la especie, con desigualdades y agravios comparativos en algunos casos” resumió, ahondando en la defensa de ese cambio en la norma ya que nos encontramos ante “una situación que no es buena para nadie, ni para el lobo, ni para los ganaderos ni para las administraciones, genera inseguridad jurídica”.
Por eso, y ante el periodo de consulta pública que se abre ahora, Teresa Ribera instó a aprovechar el tiempo que resta para “consolidar consensos” frente a la situación del lobo y la ganadería extensiva que, según aclaró, es una actividad de “gran interés socioeconómico” y de valor ambiental.
Convivencia compatible
Por su parte, el ministro de Agricultura, Luis Planas, comenzó su intervención asegurando que “es perfectamente posible la protección de la biodiversidad, como el apoyo a la ganadería extensiva asegurando la convivencia con el lobo” en todo el territorio español.
Planas recurrió al censo “antiguo” para apuntar que existen en España 297 manadas de lobos, con una presencia “desigual” entre comunidades autónomas con Madrid que la considera especia protegida o Castilla-La Mancha que la tiene como especie en peligro de extinción.
El ministro reconoció que “la coexistencia entre el lobo y el ganado, necesaria, no ha sido fácil”, admitiendo la existencia de “ataques” toda vez que el ganado constituye una parte del alimento del lobo. De hecho, mencionó que constan en el Ministerio 622 siniestros de este tipo procedentes del registro de seguros agrarios, con una indemnización que rondarían los 250.000 euros en cuanto a los daños económicos, aunque consideró “evidentes los daños emocionales” que sufren los ganaderos.
“Es un tema tremendamente complejo ante el cual hay que dar una respuesta que no puede ser sencilla” convino, por lo que estimó fundamental ese trabajo conjunto con los territorios afectados en ese “difícil pero no imposible equilibrio de convivencia”.
Planas señaló que la anterior estrategia data de 2005 por lo que “está desactualizada”, por lo que la nueva estrategia “debe ser la base sobre la que establezcamos el diálogo y el acuerdo” a través de la evidencia científica y escucha de todos los actores afectados. “La estrategia debe construirse con el mayor consenso posible” subrayó, para hacer compatible esa biodiversidad con la ganadería extensiva.
En este punto, el ministro de Agricultura resaltó la política agraria común 2023-2027 que trabaja también en materia de biodiversidad, por lo que ya están en contacto con las organizaciones profesionales agrarias (OPAs), y las asociaciones ecologistas, para fomentar esa biodiversidad. “Los ganaderos no quieren solo pagos compensatorios, y lo entiendo” concedió Planas, por lo que abogó por soluciones como algunas estructuras de protección, aunque “apostamos por esa cohabitación entre el lobo y la ganadería”.