Las Fuerzas Armadas han jugado y juegan un papel fundamental en esta pandemia; su labor en la desinfección de muchas localidades y su trabajo en el rastros de casos positivos han ayudado a que todo sea un poco menos complicado.
Y así se lo ha querido agradecer la ministra de Defensa, Margarita Robles, en su visita a la Escuela Militar de Sistemas Aéreos No Tripulados del Grupo de Escuelas de Matacán y a esta unidad de rastreadores.
Allí, el Brigada Mario Astorga, jefe de servicio de vigilancia epidemiológica de Matacán, explicó cómo es su trabajo diario y en qué consiste su rastreo de casos.
«Llamamos a esos casos para preguntar los datos de cada persona, apuntamos todo y les preguntamos todos los contactos que han tenido, que a su vez pueden ser positivos. Enviamos un infirme diario a Sacyl para que cuente con todos los datos posibles», indicó Astorga.
En este servicio trabajan diez profesionales, con una cifra que se incrementa hasta trece en los mayores picos de la pandemia. «Entramos el 16 de enero para un periodo de tres meses y medio, ya que nos vamos turnando y trabajamos con las bases de León y Villanubla (Valladolid); también llevamos la provincia de Zamora«, explica.
Su labor comienza a las 09.00 horas y concluye a las 20.00 horas todos los días, atendiendo una media de 150 llamadas cada día, eso sí, con grandes oscilaciones en función de los picos de cada ola. «En esta última oleada hemos llegado a atender 300 llamadas diarias, especialmente después de Navidad, con tres semanas muy duras, con 200, 250 o las 300 llamadas mencionadas cada día. Después de Semana Santa, esperamos también un incremento de las mismas, ya que ahora estamos localizando diez casos diarios», concluye el Brigada Mario Astorga.
Así es la importante y gran labor de los rastreadores en tiempos de pandemia para que la situación no se desmadre todavía más…