[dropcap]E[/dropcap]n diciembre de 1985 mantuve una entrevista a cara de perro con el nuevo ministro de Transportes, Abel Caballero. Se negaba a invertir una perra en las ciudades. Me imagino que ahora que es alcalde de Vigo no pensará lo mismo. Si el convenio lo hubiéramos negociado con él seguro que todavía no habríamos acabado el cubrimiento de la vía.
El proyecto fue apoyado por las asociaciones de vecinos de la zona. Matías Delgado, presidente de la del Rollo, y Carmen Mateos de la de Prosperidad supervisaron las obras. El cubrimiento llegó cerca de la pasarela de la Alamedilla, cerrando la trinchera. Aprovechamos la terminación de las obras para cerrar el paso a nivel con barreras de La Alamedilla. Para propiciar la comunicación peatonal, RENFE construyó con posterioridad un paso subterráneo. De esta forma los peatones tenemos en la actualidad tres posibilidades para cruzar de un lado a otro de la vía: un paso subterráneo, otro elevado y la zona peatonal sobre la vía. Al principio los vecinos, acostumbrados al paso a nivel, protestaron por la supresión, pero poco a poco se fueron concienciando. Al principio, la pasarela fue menos utilizada que el paso subterráneo, pero en la actualidad ha ido ganando adeptos.
Después de tantas idas y venidas a Madrid el BOE publicó la obra en abril de 1986. Se cubrieron 268 metros de vía, entre San Francisco Javier y Álava. El Ministerio aportó 74 millones, el Ayuntamiento 60 y la Consejería de Transportes otros 60. Se construyó un paseo ajardinado entre La Alamedilla y Comuneros, paralelo a la vía de ferrocarril, y la calle Espronceda quedó separada de los terrenos de RENFE por un muro.
Una nueva mejora trajo como consecuencia la obra, la apertura del apeadero de la Alamedilla. Desde su puesta en marcha algunos trenes, todos los procedentes de Madrid, tienen en él parada de llegada, aunque no de salida. Cerca del 40% de los viajeros se apea en la parada del Parque de La Alamedilla. También se demolió el antiguo puente de San Antonio y surgió uno nuevo integrado en el proyecto de cubrimiento. Lo más impresionante para los que vivían en esos lugares fue que se solucionó de una vez por todas las intersecciones de las calles San Francisco Javier, Domingo de Soto, La Marina, Albuera, Otumba y Álava.
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1 comentario en «Una obra que cambió el paseo de San Antonio y sus aledaños»
Deberían poner fotos del antes y del después, para que la gente valorase más lo que se hizo aquellos años y se viese lo que se hizo.
Gracias de antemano.