Hablar de la calle Toro es hacerlo de uno de las arterías principales (o la más importante) de una ciudad como Salamanca que vive del pequeño comercio y el turismo.
La llegada de la pandemia de la Covid-19 hace ya más de un año ha dado casi la ‘puntilla’ a ambos sectores que luchan por adaptarse a los nuevos tiempos y sobrevivir; algunos pueden, otros se han visto abocados a cerrar un negocio que era su sustento económico.
Nos hemos acostumbrado a ver y leer carteles que anuncian un ‘se vende’ o un ‘se alquila’ y a observar las luces apagadas donde antes había vida. O lo que es lo mismo, a tener que asumir que muchos se han quedado por el camino.
Tiendas de ropa, cosméticos, móviles, bancos, supermercados, complementos… son los principales negocios existentes en una de las vías con más tránsito de la ciudad y que representa a la perfección en lo que se ha convertido la ciudad del Tormes.
Costará, y mucho, volver a levantar la puerta de estos negocios, cuyos precios de venta o de alquiler son los más altos de la capital tras la Plaza Mayor, también en horas bajas, al igual que la calle Azafranal.
Como la mayoría de las veces, es mejor verlo que contarlo, así es la realidad de la calle Toro de Salamanca, en imágenes: