El mundo de la cultura se despertó este lunes consternado con la noticia del fallecimiento de Cristóbal Halffter, el compositor madrileño, afincado en Villafranca del Bierzo desde los años 50, que se convirtió uno de los grandes maestros y directores de orquesta más destacados de la música sinfónica contemporánea española del último siglo.
Ical.- “Cristóbal Halffter era música. Su lenguaje es esencial para comprender los caminos creativos de los últimos 70 años. Gracias, maestro por tanto. Nos queda la grandeza de los hombres necesarios”, se despedían de él desde el Teatro de la Zarzuela desde la red social Twitter.
Cristóbal Halffter residió desde los años 50 en Villafranca del Bierzo junto a su mujer, la pianista villafranquina María Manuela Caro, que murió en diciembre de 2017. Juntos tuvieron tres hijos: Alonso, María y Pedro. Este último continúa con el linaje musical a través de su triple faceta de compositor, director de orquesta y gestor, y fue director artístico del Teatro de la Maestranza de Sevilla.
Nacido en Madrid en la primavera de 1930 en el seno de una familia musical, los padres de Cristóbal Halffter emigraron a Alemania en 1936 huyendo de la Guerra Civil y regresaron a la capital española tras el conflicto. La influencia de su madre fue decisiva para que decidiera dedicarse a la música. La prematura muerte de la progenitora, cuando él apenas tenía once años, hizo que lo que hasta entonces había sido ‘algo más’ en su vida se convirtiera en su leitmotiv. “Con once años perder a una madre es terrible, y para mí la música se convirtió en una forma de seguir con ella”, confesaba a Ical.
También fueron una influencia indirecta sus tíos Rodolfo y Ernesto, compositores notables ambos que le hicieron ver a su padre que con la música se podía vivir y ser una persona normal, por lo cual éste no puso ningún inconveniente en la decisión del joven y le apoyó desde el principio.
Halffter estudió Composición con Conrado del Campo en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, donde se graduó en 1951, a la vez que completaba su formación con Alexandre Tansman y André Jolivet. Está considerado el principal representante de la Generación del 51, el grupo de compositores que introdujo en España la modernidad en el campo de la música.
Trabajó en Radio Nacional de España y estudió dirección de orquesta, a la vez que cosechaba rotundos éxitos con ‘Antífona Pascual’ (1952) y se alzaba con el Premio Nacional de Música por su ‘Concierto para piano’. En su vasta trayectoria se mezclaban la atonalidad, el dodecafonismo, el serialismo, las músicas concreta y electrónica, y también el uso de las formas clásicas.
En 1962 consiguió la Cátedra de Composición y Formas Musicales del Conservatorio de Madrid, centro que dirigiría hasta 1966, cuando dimitió para volcar su carrera en la composición y en la dirección de orquesta. A partir de ese momento su obra fue adquiriendo un enorme reconocimiento internacional, como demuestra el encargo que recibió de la Organización de las Naciones Unidas para crear la cantata ‘Yes, speak out, yes’, sobre texto de Norman Corwin, para conmemorar el vigésimo aniversario de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Entre su inmenso legado, que incluye más de un centenar de obras, aparecen trabajos como ‘Elegía a la muerte de tres poetas españoles’ (1974/75); ‘Officium defunctorum’, para coros y orquesta (1979); el ‘Doble concierto para violín, viola y orquesta, Concierto número 2 para violonchelo y orquesta’, escrito y dirigido por encargo de la Orquesta de Baden-Baden para Rostropovich (1985); ‘Tres poemas de la lírica española’, para barítono y orquesta (1985-86), escrito por encargo de la Orquesta Filarmónica de Berlín; ‘Concierto para piano y orquesta’ (1987); ‘Mural sonante’ (1993), ‘Memento a Dresden’ (1996); su ópera ‘Don Quijote’, que se estrenó en el año 2000 en el Teatro Real de Madrid; ‘Ecos de un antiguo órgano’ (2001); ‘Adagio en forma de rondó’ (2003) o ‘Cuatro madrigales para la Orquesta de Valencia’ (2005), entre otras muchas.
En repetidas ocasiones actuó como director al frente de las más importantes orquestas mundiales: Filarmónica de Berlín, Orquesta de la Radio de Baden Baden, Tonhalle de Zürich, Nacional de Francia, Nacional de España, Sinfónica de Londres, Hamburgo…
Posee desde 1981 la Medalla de Oro de las Bellas Artes y en 1983 fue nombrado miembro de la Academia de Bellas Artes de San Fernando. Es académico de la Academia Europea de las Ciencias, las Artes y las Letras, de París, y desde 1985 de la Akademie Der Künste de Berlín. Ese mismo año fue nombrado Doctor Honoris Causa por la Universidad de León. Es Premio Castilla y León de las Artes 1986, y en marzo de 1988 recibió la Medalla de Oro del Instituto Goethe en mérito a su labor cultural en la República Federal de Alemania.
En 1989 fue galardonado nuevamente con el Premio Nacional de Música y entró en la Real Academia de Suecia. En 1994 fue reconocido con el Premio Montaigne de la Fundación F.V.S. de Hamburgo y el Premio de Música Española de la Fundación Jacinto e Inocencio Guerrero, en 1998 le nombraron Doctor Honoris Causa por la Universidad Complutense de Madrid y en 2009 fue merecedor del Premio Fronteras del Conocimiento.
En 2014 fue galardonado con el Premio Ical al Compromiso Humano por la provincia de León y dos años más tarde fue reconocido como hijo adoptivo del Bierzo en un acto que tuvo lugar en Villafranca del Bierzo.