[dropcap]M[/dropcap]ás que un espacio es el título de la muestra de Ángeles Mauriño que se puede ver en La Salina hasta el 27 de junio. Es verdad que es más que un especio, es más, algunos de sus cuadros tienen tanta profundidad, dejan que el espectador deambule por sus líneas, que parece que te deja ‘entrar en su cocina’, con lo que ello conlleva de hogar, de cercanía, de familiaridad,… porque nadie te invita a su cocina, si no eres de la familia.
Moncho Campos y socios de Asociación Cultural Virgen de la Peña y Parroquia de San Pedro echaron un rato en la sala de exposiciones de La Salina y nosotros con ellos. En las reflexiones que hizo Moncho Campos sobre la obra de la artista madrileña destacó que comprende la realidad a través de la arquitectura y el espacio.
«Mauriño logra con sus perspectivas llevarte a un punto y darte distintas visiones y espacios. Así, cada espectador ve algo diferente en cada uno de los cuadros. En las obras se ven muchas cosas, muchos quiebros geométricos y juegos ópticos», explicó Moncho Campos.
No existe un aquí y un ahora, porque no hay personas, no hay paisajes,… lo que se ve es un mundo distinto en continua redefinición. «Las obras están hechas para ser contempladas por el ser humano, aunque haya ausencia de personas. Hace que los espectadores nos redescubramos porque es un mundo distinto y un cambio en la visión pictórica. Busca el espacio y el silencio en sus cuadros», puntualiza Campos.
La autora tiene un dominio de la luz fantástico, por lo que deambular por la sala y perderse en uno de sus cuadros es como encontrar el pan en la mesa, que diría Neruda, así de natural.
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