Severiano Grande, uno de los más importantes escultores de talla directa de esta época, ha fallecido este sábado, después de haber realizado, a lo largo de su vida, una trascendente obra que se reparte por diversos museos, ciudades y colecciones particulares
En Salamanca podemos gozar de esculturas como la de Góngora y la pirámide que homenajea a los salesianos.
Severiano nació en Escurial de la Sierra en 1937 y como autodidacta desarrolló una importante actividad escultórica en Barcelona, entrando en contacto con los más afamados artistas de los años 50 como Marcel Martí, José Clará, Maragall, Corberó, Juan Rebull.
Recibió a lo largo de su vida ofertas que podrían haber relanzado su obra al más alto nivel del reconocimiento artístico, pero su amor a la Sierra de Francia, que era una de sus fuentes inspirativas, hizo que en su estudio de Mozárbez esculpiese las piezas que fundamentan su carrera dedicada al arte desde su adolescencia.
Esperemos que el Museo de Mozárbez, que lleva su nombre, pueda retomar el propósito para el que fue fundado o que la ciudad de Salamanca dedique un espacio para exponer de forma permanente la grandiosa obra inédita que nos deja como gran legado de una trayectoria impresionante.
Por. J.M. Ferreira Cunquero