La economía castellano-leonesa podría crecer en 2021 entre un 3,8% y un 5,4%, según se recoge en el último número del informe ‘Previsiones Económicas de Castilla y León’, elaborado por Analistas Económicos de Andalucía, sociedad de estudios del Grupo Unicaja Banco.
También se prevé que el empleo aumente en el promedio de 2021 entre un 0,1% y un 0,5%, situándose la tasa de paro entre el 12,6% y el 13,0%.
En lo que respecta a las perspectivas de crecimiento para 2022, las estimaciones apuntan a que la economía de Castilla y León podría registrar un crecimiento entre el 4,5%, en un escenario menos favorable, y el 5,8%, en el escenario base. A su vez, el número de ocupados crecería entre el 1,1% y el 1,4%, situándose la tasa de paro entre el 11,9%, en el escenario base, y el 12,5%, en el menos favorable.
El informe se divide en tres apartados: ‘Entorno económico’, ‘Evolución reciente de la economía de Castilla y León’ y ‘Previsiones económicas de Castilla y León 2021-2022’.
Según la Contabilidad Regional Trimestral publicada por la Dirección General de Presupuestos y Estadística de la Junta de Castilla y León, en el primer trimestre de 2021, el PIB regional disminuyó un 1,3% (1,8% de crecimiento en el trimestre anterior). Esta trayectoria ha venido condicionada, principalmente, por el empeoramiento de la situación sanitaria (tercera ola) y la reintroducción de restricciones para contener los rebrotes. En términos interanuales, se registró un descenso del 1,1%.
La aportación de la demanda interna ha sido de -1,3 p.p., frente a los -4,3 p.p. del trimestre previo, debido al menor retroceso del gasto en consumo y al crecimiento de la inversión. En términos interanuales, el gasto en consumo de los hogares ha disminuido un 3,7%, en tanto que el de las Administraciones Públicas se ha incrementado en un 3,1%. Asimismo, la inversión ha crecido un 1,5%. Por su parte, la contribución del sector exterior ha sido de 0,2 p.p., disminuyendo tanto las exportaciones de bienes y servicios (-7,9%) como las importaciones (-7,6%).
Desde la perspectiva de la oferta, el descenso ha afectado a la mayor parte de las ramas productivas, exceptuando las energéticas y el sector agrario. En términos interanuales, el valor añadido ha disminuido en la agricultura (-4,7%), en la construcción (-6,5%) y en los servicios de mercado (-1,8%), mientras ha aumentado en la industria (4,1%), creciendo con mayor intensidad las ramas energéticas, y en los servicios no de mercado (1,8%).