Iberdrola y Asaja han firmado una alianza estratégica para impulsar la agricultura y la ganadería sostenibles y libres de emisiones.
Para ello, han diseñado un plan de trabajo con dos vectores fundamentales: de una parte, promoverán actuaciones orientadas a la mejora de la eficiencia energética y, por otro lado, pondrán en marcha iniciativas para seguir preservando la biodiversidad y el cuidado del entorno rural.
El acuerdo contempla iniciativas relacionadas con la mejora de la competitividad del campo, como la difusión de tecnologías energéticas renovables idóneas para el medio rural y su electrificación, a través de la implantación de soluciones de eficiencia energética, autoconsumo y movilidad sostenible.
Asimismo, permitirá la puesta en marcha de proyectos en favor de la sostenibilidad ambiental, relacionados con la captura de CO2 -creando espacios verdes que absorban y compensen emisiones en otros sectores -, la economía circular y los nuevos fertilizantes cero emisiones.
Según recoge un comunicado difundido por Ical, la alianza permite combinar el conocimiento y capacidades de dos organizaciones líderes, comprometidas con la transición energética y la economía verde como vía para la transformación y recuperación del sector primario del país. Iberdrola incorpora a un socio de referencia por su implantación territorial y su conocimiento del ecosistema agrícola y ganadero, mientras que Asaja se vincula con el líder en energías renovables en el país y a nivel global.
El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, considera que Asaja es “el mejor aliado para impulsar proyectos en tecnologías de futuro en el entorno rural y maximizar las oportunidades de eficiencia económica y medioambiental que ofrece la transición energética para los agricultores y ganaderos de este país”. “Hoy emprendemos juntos un camino que nos debe llevar a compromisos sólidos e iniciativas concretas, para avanzar hacia una economía sin emisiones, también en el entorno agrario, mientras promovemos la competitividad y el desarrollo socio económico en el entorno rural”, señala.
Por su parte, el presidente de Asaja, Pedro Barato, subrayó las “grandes esperanzas depositadas en esta alianza”, que consideran “estratégica” para los objetivos que se han planteado: “La economía circular, la captura de CO2, la eficiencia energética y la reducción de costes para el productor son metas que a corto-medio plazo serán una realidad en el sector agropecuario”.
Iberdrola integra como parte esencial de su estrategia la conservación de la diversidad biológica de los ecosistemas, haciendo plenamente compatibles el suministro de energía competitiva, limpia y sostenible con el equilibro del medio ambiente y apostando por alcanzar la plena preservación de la biodiversidad en 2030.
En este sentido, el convenio firmado con Asaja contempla la puesta en marcha de mecanismos de captura del CO2 producido en otros sectores como la industria o el transporte, creando espacios verdes que lo absorban y lo compensen.
Por un lado, se explorará la posibilidad de reforestar terrenos que no estén en uso, lo que hará crecer el valor de la tierra. Por otro, se mejorarán los pastos que se encuentran en las plantas fotovoltaicas y eólicas y en su entorno, aumentando la retención de agua y la productividad de los pastizales.
En los últimos tres años, Iberdrola ha realizado más de 1.450 acciones de protección de la biodiversidad, combinando el desarrollo de proyectos renovables con la conservación de la diversidad de la flora y la fauna y el cuidado del patrimonio natural. Asimismo, se ha marcado un objetivo de reforestación que alcanza los 20 millones de árboles al final de la década, capaces de capturar aproximadamente seis millones de toneladas de CO2 en 30 años. La compañía habrá plantado ya 2,5 millones de árboles en próximo año y ocho millones en 2025.