Otro salmantino que sale por la puerta en Unionistas CF; David Gallego deberá buscarse las ‘castañas’ fuera de su casa, después de una etapa con sabor agridulce en la ciudad.
El futbolista, de 28 años, ha salido del club en contra de su voluntad al no contar con el beneplácito del director deportivo para formar parte de esta plantilla en el año del debut de Unionistas en 1ª RFEF; le queda la espinita de no haber podido demostrar que tenía hueco en el equipo, porque no le han dejado.
Ahora, el fútbol le ha brindado otra oportunidad para buscar nuevos retos y seguir creciendo como futbolista lejos de su casa, a la que espera volver algún día; no olvida a una afición fiel, que siempre les ha llevado en volandas. «Le pido que no cambie nunca su forma de animar y levantar al equipo», confiesa.
Punto y final a tu aventura en Unionistas, al menos por el momento; ¿por qué?
Es una decisión que toma la dirección deportiva del club y tengo que aceptarla. Me da rabia no haber podido tener la oportunidad de mostrar lo que valgo, pero tengo que asumirlo.
¿Te han dado alguna razón?
Bueno, supongo que han visto vídeos e informes sobre mí para darme la negativa, pero son cosas que pasan en el fútbol y seguirán ocurriendo.
¿Qué te ha dado Unionistas en este tiempo?
Siento que he crecido como futbolista con el club; no sé dónde estarán su techo y el mío, pero me da mucha rabia no poder continuar por demostrar lo que valgo y porque Salamanca es mi casa.
En Segunda B, has tenido pocas oportunidades en el club
He cumplido dos años y medio; primero estuve con una lesión y el año pasado salí fuera cedido para tener minutos y seguir creciendo y ganando confianza. Hay quien opina que no tengo que estar en esta plantilla y debo aceptarlo.
¿Tienes clavada alguna ‘espinita’?
Quizá el hecho de haberme sentido importante en el equipo en Segunda B; tengo la sensación de que siempre he tenido que hacer más para ganarme el puesto y alguna vez lo acabé logrando. Pero siempre he partido con esa etiqueta de suplente y no sé por qué, es algo que debo valorar porque me ha pasado con varios entrenadores.
Y tu futuro, ¿por dónde pasa?
De momento por cambiar el chip porque he tenido una dura pretemporada y buscando ya nuevos retos cuanto antes.
¿Cuáles son esos retos?
Algo que me ilusiones mucho deportivamente…
¿Has tenido ofertas para jugar en Salamanca?
He tenido contactos con algún club para quedarme aquí.
¿Con cuál…?
He tenido contactos con algún club, nada más…
Con tu salida, De la Nava se queda solo como referente y único salmantino en el club
Carlos es un referente y un gran capitán dentro del vestuario; es el único charro y me da mucha pena que no haya más en un equipo de Salamanca. Seguro que defenderá ese puesto a la perfección.
¿Por qué no se confía en gente de la casa?
Es una cosa que ocurre en muchos clubes de fútbol, no se valora igual a los jugadores de la casa que a los de fuera, pero son decisiones de los directores deportivos y entrenadores, que son los profesionales de esto.
¿Te gustaría volver algún día a Salamanca?
Ahora está todo muy reciente, pero Salamanca es mi casa y siempre estaré dispuesto a volver.
Has jugador de lateral zurdo, central, extremo, centrocampista… ¿cuál es tu puesto?
Soy lateral izquierdo, pero es verdad que puedo jugar en varios puestos. También he estado cómodo como central y medio centro.
¿Cuál es tu mejor recuerdo con la camiseta de Unionistas?
La experiencia en Copa con la guinda del Real Madrid, el ascenso a Segunda B y debutar en esa categoría.
Y el peor, ¿es ahora?
La manera de salir no me la esperaba así, la verdad, con un año de contrato; pero también he pasado otros momentos malos jugando poco.
¿Hasta dónde puede llegar Unionistas esta temporada?
Se lo he dicho a los compañeros; confío en ellos mucho y seguro que harán un gran año y cumplirán los objetivos.
¿Cuál es tu mensaje de despedida a vuestra fiel afición?
Solo puedo tener palabras de agradecimiento; he sentido mucho su apoyo en los malos momentos y le pido que no cambie nunca su forma de animar y levantar al equipo porque los jugadores lo agradecemos mucho.
