Las posibilidades de que el asteroide Bennu colisone con la tierra son ínfimas, pero su máximo acercamiento a la tierra está previsto en 2135 y todavía pueden pasar muchas cosas en este siglo.
Es uno de los riesgos que podrían acechar al planeta junto a los objetos cercanos a la tierra de más de 140 metros y que la NASA está tratando de identificar con antelación suficiente para prepararnos ante eventuales , hoy por hoy, improbables colisiones.
Bennu tiene 500 metros de diámetro y una de las principales amenazas espaciales conocidas, podría chocar con la Tierra a partir del año 2135.
La Nasa envió en 2016 la misión OSIRIS-REx que ha conseguido predecir la trayectoria de Bennu durante los próximos siglos, con una precisión de 2 metros, y ha estimado que en 2135 el asteroide pasará más cerca de la Tierra que la propia Luna.
A partir de ese momento, la roca espacial podría cruzar un «ojo de cerradura gravitacional” (región del espacio donde la gravedad de un planeta puede cambiar la dirección de un asteroide) que cambiaría su trayectoria y lo llevaría directo hacia la Tierra en 2182, aunque las posibilidades de que eso ocurre son “realmente pequeñas”, aunque si lo hiciera Bennu podría crear un cráter de 10 km.
Desde ahora y hasta el año 2300, la posibilidad de que Bennu choque con la Tierra es de 1 entre 1.750, un porcentaje del 0,057%.
La NASA ha anunciado la misión DART, consistente en diseñar una nave de media tonelada para cambiar la trayectoria de los asteroides al impactar contra ellos o contra alguna de sus «lunas».
Bennu es junto a al conocido como 1950 DA los dos más peligrosos del sistema solar para nuestro planeta.
